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Alejandro Avellaneda: “Seca, gorda y apagada”

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¿La batería fue tu primer instrumento?
Sí, comencé directamente por la batería. No me considero un gran batero, siempre admiré a muchos otros de los cuales aprendí, y así fue un poco mi formación, nunca encaré la batería diciendo “Voy a ser un profesional”. De hecho no se leer una partitura, ni escribirla. Una vez adentro sí tuve que recurrir a profes para ordenar toda esa data que tenía, además de aprender sobre la posición correcta para tocar y toda la parte de técnica. Más que nada me formé escuchando mucho y tocando sobre los discos.

¿Cómo fueron tus primeros pasos como profesional?
Después de tocar con amigos y formar las primeras bandas, llegué a Resistencia Suburbana en el 94. De ahí a Lumumba, posterior a eso junto a Pablito (Molina) hicimos Don Diego. Pasé por Riddim y llegué a Dancing en reemplazo al baterista de ese momento. También toqué con Alika y Mimi Maura. En Argentina hay muchos bateros y muy buenos. Los músicos que ves hoy en la escena del reggae son los mismos que estuvieron siempre, músicos que vienen luchando en esto hace mucho tiempo y ahora vemos que hay sponsors, lugares y personas que antes le cerraban las puertas al estilo porque no se escuchaba como ahora. Dancing Mood es una banda compuesta por grandes músicos de diferentes bandas que coincidimos acá. Todos con códigos en común que están comprometidos con el proyecto tanto a la hora de salir a tocar como de entrar a grabar. A su vez el desafío es cada vez mayor, ya que la cosa va creciendo cada día más.

¿Cómo ves la escena del reggae con respecto a lo estrictamente musical?
El aporte de Internet y la tecnología hizo que se pueda llegar a mayor cantidad de información, desde poner el nombre de un disco y bajártelo como también conseguir toda la información que necesites para formarte como músico. Antes los discos eran carísimos y si alguien se compraba uno, los demás lo terminábamos grabando en cassette o comprándolo pirata en el Parque Rivadavia. Todo eso desembocó en que actualmente haya un nivel más alto de músicos e instrumentistas, producto de esta facilidad para acceder a la información.

¿Qué tan auténtico es nuestro reggae? ¿Cuánto de esa filosofía que encierra el estilo se puede transmitir en el reggae hecho en Argentina?
El reggae es un género propio de un lugar específico, todo lo que pasa fuera de ahí es copia. Lo que resta es ver, escuchar y hacerlo propio. Agregarle tu cuota personal pero siguiendo los yeites propios originales de aquellos que lo inventaron. Podemos copiar la forma de tocar, sacar el staccato de la guitarra, escuchar su sonido y tratar de sonar de ese modo, ver qué tipo de tambores usan, los rulos de batería o cómo meten los golpes.

En muchos casos vi las baterías en el reggae armadas con varios cuerpos y medidas muy grandes…
Y con una sola tensión (un solo parche), algunos usaban tambores de madera, toms bien profundos. Afinados bien bajo, podés notar que la bata no canta con la canción, sino que suenan todo más apagado, los parches bien flojos. Pensá también que a fines de los ‘70 y principios de los ‘80 todas las bandas tenían un sonido similar, baterías con cuerpos grandes y profundos, también las tenía Kiss o Queen.

¿Cómo debe sonar la batería en el reggae? ¿Dónde se encuentra ese sonido?
Tiene que sonar seca, gorda, apagada, por eso que se utiliza una sola tensión. Yo en Dancing uso una batería más abierta, más tipo jazzera porque hay muchos brasses y muchos planos de teclado, no suena tan apagada como en el reggae tradicional. Yo uso una bata de cuatro cuerpos, bombo, tambor, un tom y chancha; si pudiera usaría tacho y hi-hat. Creo que la función del baterista es la de acompañar, ser base sin jugar tanto, ir derecho, así no se pierde esa cosa hipnótica que tiene el reggae, cuanto menos se toque, mejor. En el reggae menos es más.

“Menos es más”, es como una máxima dentro del género. ¿Podrías explayarte más?
Cuántos menos notas del bajo o menos rulos de la batería la base se vuelve más sólida, más firme, así se pueden apoyar las guitarras, o un solo de trompeta o los teclados. Pensá que en algunos casos al tambor se le agrega un delay o algo de cámara, si tocara mucho todo el tiempo sería puro ruido. Tiene que generarse un loop, es lo que da el clima, bien gordo con mucho grave que es lo que pide el reggae. En la batería eso se logra con parches arenados y no tan tirantes, más bien flojos, yo uso un tacho Grestch de 14’ y otro Ludwig Suprafonic de metal que sirve exclusivamente para grabar reggae ya que tiene un sonido bien seco, aros anchos macizos, tiene un casco pesado pero no pierde sus armónicos.

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