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Alejandro “Minino” Garay: “En Córdoba todas las músicas se mezclan”

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¿En qué contexto se da tu viaje a Europa? Me vine a París en el año 88. Ese verano había trabajado con (el humorista) Cacho Buenaventura en una revista de Carlos Paz. Había estudiado en La Pacheco de Dean Funes, una escuela maravillosa de folklore e iniciación vocal, y ya había trabajado con La Legión, Postdata, Tamboor, que eran los grupos más importantes del momento en Córdoba. También trabajaba muchísimo con grupos de cuarteto. En esa época había mucho trabajo y lugares para tocar en Córdoba pero yo quería descubrir cosas nuevas. Por eso mi intención fue irme a Europa, y a París puntualmente, porque era en ese momento un lugar donde poder encontrar todas esas fusiones latinas, africanas, árabes, clásicas, etc.

¿El bombo legüero es tu instrumento de cabecera? El bombo fue mi instrumento de cabecera cuando llegué a Europa, al igual que el cajón peruano. En Francia no había nadie que conociera la tradición y pudiera leer música y adaptarse a todos los contextos, por eso fue mi búsqueda también.

¿Te definirías como un percusionista? Soy un percusionista que toca batería ¡y no al revés! Utilizo mucho la percusión vocal y corporal. Adoro a (el percusionista brasilero) Naná Vasconcelos, Airto Moreira, Ramiro Musotto, Don Alias, Manolo Badrena, entre otros.

¿El folklore argentino fue tu cuna musical? Mi formación musical es clásica, folklórica, cuartetera, jazzística; en mi Córdoba querida, donde todas las músicas se mezclan. No hay que olvidarse que en Córdoba, en una época, escuchabas a todos los estudiantes que traían cada uno su cultura musical diferente, de toda Latinoamérica, gracias a nuestra Universidad, una de las más viejas de Latinoamérica, junto con la de Lima.

En uno de tus viajes a Buenos Aires, antes de irte a París, tuviste una anécdota con Charly García ¿Cómo fue ese encuentro? A Charly García lo seguí varios días, yo debí ser un mosquito en su vida. Pero el hecho es que cuando nos encontramos no le interesó ese cordobés que lo seguía diciéndole ‘soy el percusionista que tiene que tocar con vos’ (aclaro: él estaba buscando percusionista para su gira y no encontraba gente que le gustaba). Por eso fui a Baires. Era completamente ridícula la situación: él corría diciendo ‘salí de acá, no quiero escuchar tu acento cordobés’ y yo le decía ‘no seas boludo, probame ya vas a ver! Un día finalmente me dijo que ensayaban en tal lado y fui, conocí a sus músicos pero él nunca llegó. Esto fue en el 87 y ahí decidí que tenía que salir del país. De paso lo felicito a Charly por su come back. ¡Bravo Maestro!

¿Cómo está compuesto tu set para el vivo? Un cajón, bombo legüero Mario Paz ó Floirán González. Batería Yamaha modelo André Ceccarelli y congas Remo a la izquierda.

Aparte de hacer tu propia obra trabajás con artistas franceses o africanos. ¿Qué música escuchás y tomás como referencia? Los artistas con lo que he trabajado son muchos y de lo más variado. Todas las músicas de estos artistas me influyen de algún modo y son, tarde o temprano, referencias para mi música, siempre. De Africa: Richard Bona (el bajista camerunés muy influenciado por Pastorius), Omar Penne, Cheick Tidiane Seck (el compositor nacido en Mali), Toumani Diabaté, la cantante Oumou Sangaré, Anne-Marie Nzié (la reina de la música camerunesa), Geoffrey Oryema, Sally Nyolo, etc. También con muchos músicos de Europa: Didier Lockwood, Richard Galliano, Jacky Terrasson, Laurent de Wilde, Gotan Project, Nilda Fernandez, Francis Lalanne, Agnès Jaoui, Joe Privat, Daniel Mille, Marc Berthoumieux, Claude Nougaro, entre muchos otros.

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