Pasar al contenido principal

Main Area

Main

Ariel Minimal: A fuego lento

Image

¿Cómo y cuándo comenzaste a tocar la guitarra?
Desde siempre hubo una guitarra en el sillón del living de mi casa. Tengo un hermano 6 años mayor [el periodista musical BB Sanzo] que es profesor recibido de teoría y solfeo y guitarra, etc. Yo empecé a estudiar con el mismo profesor pero no terminé. Al principio no me podían dar clases porque no tenía pulsión, no tenía fuerza en los dedos para tocar consistentemente. Recién a los 9 años tomé clases con el instrumento. Antes de eso el profesor me hacía zapatear, tocar el bombo. Por otro lado mi hermano siempre escuchó discos de rock. El superhéroe recurrente de mi niñez no era tanto un futbolista como un guitarrista. Tenía más pósters de músicos que de Huracán, aunque me encanta el fútbol y juego a la pelota. Pero el rock tenía ese lugar mágico, diferente.

¿Cuánto tiempo estudiaste guitarra?
Estudié desde los 9 hasta los 12 o 13, cuando ya estaba en primer año de la secundaria. Recuerdo que un año me había llevado varias materias y en un mismo día rendía dos materias del colegio y también guitarra. Siempre rendía guitarra con 10, excelente, todo eso. Y ese día toqué medio para el orto porque estaba nervioso por los otros exámenes del colegio. Pero de todos modos me saqué un 10. Entonces pensé: todo esto es una mentira, si pagás la cuota te ponen 10, y no fui más. Le dije a mi vieja “me gusta tocar la guitarra pero esto es poco ético”.
Incluso el profesor seguía viniendo a mi casa por mi hermano y si yo tenía alguna duda le preguntaba. Machín Barboa se llamaba, era uno de esos viejos guitarristas de tango y folklore, un todo A fuego lento
terreno que acompañaban a cantantes en los clubes. El tipo era de Quilmes y por algún lado era pariente de mi abuela. El fue mi maestro de guitarra, el que me enseñó los acordes y me hizo querer la guitarra. Pero mi hermano fue un maestro también.

¿No volviste a tomar clases de manera formal?
Ya tocando en Los Cadillacs [entre 1996 y 2001 Minimal fue el guitarrista de Los Fabulosos Cadillacs; no fue convocado para la gira-retorno del grupo] tomé tres o cuatro clases con Ricardo Lew. No sé si me sirvieron pero me encantó verlo tocar al lado mío, es un grosso. Yo no sé leer música, me aburre. Y lo que me dio para practicar en la primera clase no lo practiqué y a la segunda clase tampoco lo había hecho entonces le dije que no volvía. Yo no conozco el jazz, no buscaba nada en particular con él. Me pasó unas escalas de jazz, “Garota de Ipanema”, acordes, otras cosas que no conocía. Pero yo no tenía ganas de cursar. Tocando con Nebbia aprendo acordes, registros, secuencias armónicas, situaciones, pero no son clases propiamente dichas, por lo menos no me las cobra.

¿Cuándo tuviste tu primera guitarra eléctrica?
Tuve mucha suerte. Mi hermano tuvo varias y por eso estaban en mi casa: una Mellow String, una Cuk, alguna Faim. Pero mi primera guitarra eléctrica la heredé de mi hermano y era una Fender Stratocaster 76 o 77 que luego llegó a estar parada en un trono en un disco de Rata Blanca porque yo se la vendí a Giardino. [En realidad la guitarra en cuestión está en la tapa del disco solista de Walter Giardino, Temple, de 1998.] Esa Fender se la cambié a Giardino por una Les Paul, que sigo teniendo. A la la Fender no le cacé la onda nunca, no supe disfrutarla. De ahí en más toqué siempre con micrófonos de doble bobina. Y cuando me pasé a la Gibson dije “ah, era esto… por eso no me gustaba tanto tocar la guitarra”. Ahí empecé a tocar más. Pero la Fender era una gran guitarra. Algún día, cuando sepa tocar bien, capaz que vuelvo a la Strato.

Y desde hace unos años tocás con una guitarra que te hizo un luthier argentino.
Sí, hace casi dos años, la hizo un luthier que se llama Ezequiel Galasso, me regaló la viola con la que toco todo el tiempo.
Ezequiel es discípulo de Horacio Lista. Yo dije ‘bueno, está buenísimo’, pero no tenía demasiadas expectativas, yo tengo Gibson, Fender, guitarras que supuestamente son terribles. Pero me mató. La guitarra tiene dos micrófonos DS Pickups, que los hace un amigo de Fósforo, bajista de Pez, en Flores. Lo mismo con los pedales, de marca Cluster. Es gente que se acerca a la banda y me consulta sobre cómo me gustaría tal o cual pedal. Estoy fascinado con eso. Antes estaba la dicotomía de la industria nacional y lo importado, que era difícil, porque lo que se hacía acá era de peor calidad o directamente no se fabricaba.
Ahora me encuentro tocando esta viola todo el tiempo. Y me pone contento haberme salido del fetiche de comprarse tal o cual marca.

¿Qué cosas le pediste que tuviera la guitarra?
Sólo le pedí los dos dobles bobinas y las configuraciones que tiene cualquier Les Paul o la Telecaster que tengo. Tiene una forma rara, tal vez de entrada yo no hubiese elegido esa forma, hubiese pensado algo más cercano a la Gretsch. Pero es comodísima, algo increíble.

¿La usaste para grabar?
Sí, casi todo el disco Los orfebres. Salvo un tema que se llama “Rey, verdugo y esclavo” que está grabado con una SG vieja que tengo y en otro que no recuerdo usé la Les Paul. El resto está tocado todo con esta viola.

Imagen

¿Qué equipos estás usando?
Alterno entre un Mesa Boogie y un Twin Reverb. Pero ahora que estoy tocando casi todo el tiempo distorsionado uso el Mesa básicamente. Tuve un equipo chiquito que se llamaba Sunn, que creo que era una subsidiaria de Fender o Leo Fender lo fabricó después, que estaba buenísimo. Pero después lo vendí y compré un Marshall 30 Aniversario que fue el primer equipo grande que tuve. Era todo azul y supuestamente traía varios sonidos de Marshall. Pero siempre tocaba en sucuchos re chiquitos y yo con ese monstruo me mataba. Y luego conseguí el Mesa. Siempre quería tener un sonido más gordo y buscaba por los pedales. Cuando tuve el Mesa me di cuenta que el tema era el equipo.

¿En qué circunstancias nace Pez?
Veníamos discutiendo con Martes Menta [el ex grupo de Minimal antes de Pez] y justo en ese momento volvieron de Italia dos amigos míos de la infancia, los hermanos Barbieri, bajista y baterista del primer disco de Pez. El primer grupo que yo tuve lo hice con ellos, Descontrol, una banda punk. Ellos eran mis amigos desde siempre y estaban acá y yo me estaba peleando con otros amigos y como no quiero pelear con nadie les dije que me iba a tocar con ellos un rato. Martes Menta había estado bien pero yo sentía que habíamos hecho un esfuerzo deliberado por sonar como cierta cosa. Escuchábamos la música que se escuchaba en ese momento y tratábamos de recrear algo de eso. Es un poco como pasa siempre, pero cuando empezamos con Pez miramos para otro lado, tratamos de desafectarnos, de tener la menor pose posible y ser todo lo transparente posible en lo que uno dice, las letras. No tratar de imitar a determinadas bandas, eso lo hacés cuando sos más chico, que en algún punto te forjás de ese modo, es como el palo tutelar de una rama ¿no? En algún momento hay bandas que pueden servirte como norte para dónde mirar… no me parece que esté mal eso. Pero llega un momento en que ya no te interesa más. En Pez fueron cambiando los integrantes, la banda se fue moviendo y el cambio pasó a ser parte de la historia de Pez. Y luego se fue para cualquier lado.

Imagen

¿La idea del sello propio (Azione Artigianale) estuvo presente desde el comienzo?
Los primeros dos discos salieron por Discos Milagrosos, un sello de Sergio Fasanelli. El había sacado Martes Menta y cuando nos separamos me dijo que cualquier cosa que yo hiciera él lo iba a editar. Así sacamos los primeros dos discos. A mí nunca me interesó tener un sello. Cuando hicimos Pez 3 [Pez, 1998, azar 000], antes de fabricarlo lo llevé a un par de lugares y en los lugares que me atendieron no interesó. Lo más natural fue hacerlo por nuestra cuenta. Hicimos 300 discos que se vendieron y así se pudieron fabricar más. Tuvimos la idea en el momento en que la pudimos hacer. Y de ahí en más la cosa empezó a rodar y cada cosa que hacemos es porque podemos hacerla. No sólo con los discos, pasa lo mismo con los shows y con todo. En el grupo nadie cobra ningún dinero por los discos, es nuestro aporte al sello. Entonces se va generando un caldo para, por ejemplo, poder alquilar una buena sala para grabar un disco en vivo y filmar para hacer un DVD. A nuestra escala funciona muy bien. La banda está creciendo y no es tan fácil porque lo chico te queda chico y hay que pegar un estirón. Algo que no es fácil cuando no hay una estructura detrás. Todo cuesta más de ese modo. A la vez es divertido porque es todo nuevo. Hay muchas cosas que todavía no hicimos porque estamos tocando o estamos en otra cosa. Hay una parte organizativa de la banda que lleva mucho tiempo. Nosotros no forzamos nada de lo que pasó con Pez, todo ocurre y va fluyendo. Ojo que también lo dejamos cocinar, hace 15 años que estamos tocando. ¿Quién aguanta 15 años sin tocar en Obras? Hay muchas bandas que se frustran antes… Nosotros lo dejamos cocinar a fuego lento mucho tiempo. Y cuando no esperás ninguna paga todo lo que venga es ganancia. Y la ganancia es poder expresarnos, hacer la música que queremos, sentirnos orgullosos de cada disco, cada tapa, eso para mí es invaluable. Y con el tiempo empieza a pagar a todo nivel.

¿Tiene algo de lógica que Pez tenga su base en TNT, un estudio por donde pasó casi todo el rock argentino de fines de los ’60 y principios de los ’70?
Son casualidades. Acá ensayábamos con los Cadillacs y con Pez empezamos alquilando una salita chiquita.Y ya nos quedamos acá, vivimos acá. Es un flash que se abra la puerta y entre Moris y se quede escuchando música. Hay un disco de Piazzolla y Ferrrer donde aparece una foto en la que están en sala grande. Acá grabaron Almendra, Los Gatos… es un condimento extra. Cuando grabamos en TNT lo que usamos es el espacio de la sala, la acústica. El equipamiento es el nuestro. El último disco lo grabamos en un estudio de la década del ´60 que tiene un staff de 20 micrófonos todos con sus pies etc. que es lo que nos falta en TNT. Lo importante es sentirse bien en el estudio que sea y no estar pensando que se está grabando algo. Podés tener los micrófonos, la sala, la consola pero eso no te asegura que el disco quede bien. Hay muchos discos muy buenos grabados no de la mejor manera y otros discos horribles que son técnicamente perfectos. Todas las cuestiones técnicas suman pero nada es definitorio.

¿No tienen la fantasía de grabar de manera analógica, en cinta?
Ya lo hicimos, Pez 3 está hecho en cinta. En mi casa tengo tres carretes con las cintas para metérmelos en el ojete. En un punto todo es mito, todo está bueno, pero yo empecé a tocar en vivo, cobrando entradas, en el 85, son 23 años… por más que todavía me pongo nervioso y todo eso, soy consciente de que lo que hago lo hago yo y no un pedal, o una guitarra determinada. Todo está bueno pero son instrumentos, como la palabra indica, es lo que me ayuda a expresarme, no es que lo enchufo y suena solo, hay que tocar…

2019 Recorplay Música. Todos los derechos reservados.