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Daniel Castro: Disfruto tocando lo que me gusta

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¿Cuándo y cómo comenzaste a tocar? ¿El bajo fue tu primer instrumento? Alrededor de los 15 años, en plena crisis adolescente descubrí mi pasión por los libros y la música, Cortázar y los Beatles. Elegí el bajo desde el principio pero al no encontrar profesor en la zona donde vivía, estudiaba guitarra clásica, teoría y solfeo con un señor mayor, luego adaptaba lo que podía al bajo Kuc modelo violín enchufado a un Calsel de 20w y pasaba muchas horas tocando con discos de los Beatles, Creedence y los Rolling Stones.

¿Junto a qué músicos fueron tus primeros trabajos pro- fesionales? Fueron muchos y muy buenos, de todos ellos rescato a los bateristas: Juan Rodríguez (Sui Generis / Polifemo), Daniel Volpini y Daniel Colombres, con quienes aprendí muchos de los secretos de la relación bajo-batería, y a definir el perfil de músico-bajista que soy.

Tus primeras grabaciones fueron con David Lebón. Luego grabaste el último disco de Fricción y más tarde te incorporaste a Los Guarros. ¿Cómo se amolda un músico -y especialmente un bajista- a situaciones musicales tan diversas? Creo que la clave es que disfruto tocando lo que me gusta, y eso puede ser un tema de Rubén Blades, Miles Davis o Led Zeppelin. A la hora de tocar o escuchar música no me fijo en el estilo sino en encontrar algo que me motive. Esa actitud me ayudó en lo musical y en lo humano a madurar en muchos sentidos.

¿Cómo podrías describir las situaciones musicales que vivías en cada una de esas tres bandas? Con David Lebón al principio tocaba líneas de bajo similares a las que Pedro Aznar y Beto Satragni habían grabado anteriormente [Aznar fue el bajista, claro, de Serú Girán; Satragni grabó con Lebón el disco Siempre estaré en 1983] y en el estudio estaba un tanto sujeto al criterio de los productores. Con el tiempo fui ganando confianza y soltando mis ideas. En Fricción y Los Guarros encontré un canal expresivo amplio, favorecido por esa forma artesanal de componer que tienen los grupos. En lo musical diría que siempre toqué de la misma forma, sumando elementos que uno descubre con la experiencia y el estudio.

¿Qué recordás de la histórica noche del concierto de Prince en la cancha de River? Los Guarros fueron los teloneros... Recuerdo el vértigo inicial, pero una vez en el escenario tocamos concentrados e hicimos un set compacto que fue bien recibido por la gente. Prince recibió críticas por lo breve de su show, pero lo que él entregó en esos minutos fue increíble.

Tu personalidad musical no parece muy cercana a bandas como Fricción o Los Guarros. Sin embargo tu desempeño como bajista siempre fue impecable. ¿Esa capacidad de adaptación es lo que debe tener todo músico sesionista? Creo que se trata de una mezcla de compromiso con la música, capacidad de adaptación y amor por la diversidad. Me gusta el desafío de interpretar lo que pasa por la cabeza del compositor, del productor y de los músicos que me rodean, sumar mis ideas a las de ellos y lograr que resultado nos deje satisfechos. Los músicos que son llamados a tomar parte de distintos proyectos deben tener la cualidad de ser versátiles y adaptables ya que en principio van a interpretar ideas ajenas que tienen que sonar con naturalidad y eso no se puede forzar.

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¿Cuál es la génesis de tu disco Milagro de pueblo? La piedra fundamental es la mirada interior. Digo esto porque tenía la inquietud y algunos temas, pero no lograba orientar mi energía en una dirección, hasta que decidí dejar salir lo que me pasaba por dentro sin poner filtros, ni intentar llevar una idea hacia un estilo determinado, despojado del qué dirán y de lo que alguien espere de mí. Es ahí donde, pienso, se produce la magia, cuando me siento a componer como jugando, sólo atento al juego que más me gusta jugar, tal como hacen los niños. Durante el 2006 tomé clases de grabación y le fui dando forma al proyecto grabando en mi casa los bajos, mi acústica Ovation, usando loops y el piano Rhodes del Reason.

¿Cómo fue la selección de los músicos? Eso fue lo más sencillo del proceso ya que a medida que grababa los demos, me venía la imagen de quién quería que tocara. Tengo con ellos una gran relación humana y musical, son tipos muy comprometidos con su arte y que además me alentaron en todo momento. Dani Buira en percusión, Marcelo Mira y Colo Belmonte en batería, Leandro Bulacio y Mario Maselli en piano, Marcelo Predacino y Marcelo Muir en guitarras.

Tu disco no está saturado de notas como podría pensarse en el primer disco instrumental de un bajista. ¿Esa idea fue concebida de antemano o es la personalidad de los músicos que te acompañaron? Es la combinación de las dos cosas. Ante todo no quería caer en lugares comunes y por eso le di la misma importancia al toque, a la composición, a los arreglos y a la idea musical en general. Quería que tuviera riqueza tímbrica y que sonara en un ambiente cercano, con poca cámara, eso permite disfrutar del toque de cada músico, quería lograr que cada uno de ellos tocara ocupando su lugar sin forzarlos a pelear por ese lugar, permitir que la personalidad de los músicos sea apreciada y que al final se sientan identificados con lo que grabaron. Posteriormente conté con los talentos de dos viejos compañeros de ruta, Walter Chacón que realizó la mezcla y Mario Breuer que se ocupó de masterizar el disco. Ellos le dieron el toque final a la idea del audio que yo tenía.

¿La grabación fue fundamentalmente en vivo o hay muchos overdubs? La grabación se realizó fundamentalmente en vivo. Cada músico grabó 2 ó 3 tomas por canción y luego elegimos la que nos parecía mejor. Para los bajos usé múltiples canales ya que por momentos se superponen varios y tuve que trabajar mucho recortando algunas frecuencias para lograr la convivencia de los graves y medios graves.

¿Vas a aprovechar el receso de la banda de Vicentico para presentar tu disco en vivo? Si, quiero presentar Milagro de pueblo en vivo en todos los lugares que pueda. El primer show fue en octubre pasado en Notorious y el próximo será el miércoles 10 de diciembre en la sede Saavedra de la escuela de percusión La Chilinga [Ruiz Huidobro 4212]. Además estoy organizando un ciclo en Capital a partir de marzo de 2009.

¿Encontrás alguna influencia en tu disco luego varios años de shows y discos con Vicentico? Entiendo que existe una influencia en el modo de tratar las melodías, en ese sentido también Lebón es otro de mis referentes. En cuanto a la forma de componer, trato de desarrollar un lenguaje musical basado en mis exploraciones con ritmos latinos.

¿Qué equipamiento estás usando en la actualidad? Actualmente uso un bajo Warwick Thumb Bass de 5 cuerdas, un Warwick Streamer Stage II de 5 cuerdas y un Sadowsky Metro Ultra-Vintage 70’s Series de 5 cuerdas. Mi equipo principal consta de un cabezal Ashdown ABM 900 Evo II y bafles Ashdown ABM 410T y ABM 115. El disco lo grabé enteramente con el Warwick Thumb Bass y un contrabajo eléctrico Johnson. En mi home studio grabo pasando la señal por un preamp Avalon 737, de ahí a la placa Motu 828 mkII, utilizando el Digital Performer como software de grabación y una Mac G5.

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