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Ernesto Romeo: El monofónico

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Entrevista: Pablo S. Alonso y Roque Di Pietro
Foto: Gentileza Ernesto Romeo - Tomás Hepner

«John Medeski hace un tiempo me había propuesto hacer un dúo de teclados para tocar en vivo en un lugar de Brooklyn. Eso no se pudo hacer y luego siempre fue muy complicado coordinar el tema agendas de ambos. En la última visita de Medeski Martin and Wood yo le propuse que se quedara algunos días más para hacer una grabación pero como él no podía me propuso ir para allá. Alquiló un estudio bastante adecuado para este tipo de grabación porque el dueño es Jamie Saft, un tecladista que toca con John Zorn. El estudio está cerca de Woodstock, a unos 200 kilómetros de Nueva York. La locación es increíble, el estudio está rodeado de montañas y repleto de teclados.»

«La idea de que sea un disco en dúo yo creo que estuvo basada en las veces en que hemos tocado en vivo. Medeski es un tecladista que usa sintetizadores y yo soy más un sintetista que usa teclados, entonces, hablando al mismo tiempo el mismo lenguaje es distinta la aproximación a los instrumentos. Él usa el sintetizador pero como un teclado más dentro de todo su set de instrumentos. Y yo al revés: para mí los sintetizadores son el centro de mi set y los otros teclados como el Rhodes, el órgano o el Mellotron, son como colores adicionales para cosas puntuales. Me parece que de esa concepción orquestal sale la idea de que pueda hacerse algo que no sea redundante. El material no es una cosa que él hubiese podido grabar estando solo o que yo hubiese podido grabar estando solo, aunque tengamos los mismos instrumentos. »

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«Hubo una primera aproximación para editar el material a través del sello de John Zorn (Tzadik) pero ahora estamos esperando a terminar el disco y ver por dónde se edita. Medeski además me propuso la posibilidad de publicarlo en vinilo doble, algo que tiene bien aceitado porque ellos (MMW) ya han hecho muchas cosas en vinilo. A mí esa posibilidad me seduce mucho, por el objeto, por la incomodidad que genera un vinilo, vas a poner el disco únicamente cuando quieras escucharlo. »

«Ellos vinieron por primera vez en el 99 y tocaron en La Trastienda sólo con un piano y un Hammond. En el 2004, Mario de Cristófaro de Tribulaciones, la empresa que lo trae a la Argentina, me comentó que iba a haber, además de Buenos Aires, un show en Uruguay y que Medeski ya estaba tocando con el set grande y no conseguían nada, salvo el piano y el Hammond. Entonces desde ese momento cada vez que viene el trío a Latinoamérica, salvo el Hammond y el piano acústico, el resto de los instrumentos que usa Medeski son los míos, que son: el Mellotron, el piano Wurlitzer, el ARP String Ensemble, el MiniMoog y el Clavinet. En el 2006 me invitaron a tocar en el Gran Rex, también en el 2008 y ese año además fuimos a Río de Janeiro. Y ahora en el 2010 volvimos a tocar juntos en Buenos Aires y hubo una mini gira por Neuquén, Córdoba, Uruguay y Brasil. Tuvimos que viajar con toda la parafernalia. A Uruguay viajamos con una camioneta de (Héctor) Starc.»

«Hay mucho mito con el Mellotron y la imposibilidad de transportarlo porque se desafina. De por sí es un instrumento con una concepción deforme: vos tocás y empujás una cinta que se monta sobre una vara que gira y se desplaza hacia atrás del instrumento pasando por el cabezal. Ese contacto es primitivo y muy interesante. Pero el tema de que el instrumento se desafina… Puede patinar la cinta en el momento de tocar, lo que ocurre es que las cintas se desgastan y como son grabaciones nota por nota la afinación de las grabaciones no es perfecta. Es una orquesta de violines, violas y cellos tocando el Do, la misma orquesta tocando el Do sostenido, durante ocho o diez segundos que dura la grabación y la afinación de eso es relativa, una orquesta no es una cosa clavada. Es decir que es un instrumento que aún andando perfecto ofrece ciertas dificultades de afinación. No se puede creer que alguien haya dicho, ‘comercialicemos esto’, que el Mellotron haya sido pensado como un instrumento para la familia. Yo tuve dos que en una época llegaron a convivir. Mi Mellotron original lo compré en el 92, se lo compré a un músico que hacía música electro-acústica llamado Ricardo Dal Farra. Lo había comprado en 1980 y pasaron como dos años entre el envío y sacarlo de la aduana y para esa época ya habían salido los samplers y él estaba como en otra, así que no lo había usado prácticamente nunca, lo compré casi nuevo. Y hace cuatro o cinco años alguien se contactó conmigo porque habían traído un Mellotron de Paraguay del año 74 con un muy lindo juego de cintas (flautas, violines y coros, el juego típico pero que a mi me gusta mucho) pero en pésimo estado. Lo compré y durante un tiempo tuve los dos, incluso llegué a hacer un show de Klauss con los dos Mellotrones. Empecé a tocar yo solo las cuerdas de uno y las flautas de otro y era tan maravillosa la combinación -porque es un timbre en sí mismo, como si fuese un audio de una película de la década del 40 ó del 50- que mi compañero de Klauss (Francisco Nicosia) tardó como 20 minutos antes de salir al escenario. Esa fue la única vez que los usé juntos en vivo. Luego Lito Vitale me compró el Mellotron más nuevo, que es marroncito. Y yo me quedé con el otro, que es blanco.»

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«Empecé a estudiar música en el año 85 con la idea de tocar el sintetizador pero creía que tenía que saber tocar el piano para tocar el sintetizador. Cosa que no es así, cuando tuve mi primer sintetizador me di cuenta que no sabía hacer nada y la técnica del piano no me servía para nada. En primer lugar nadie quería que yo me comprara un sinte monofónico. Estaba fascinado con los instrumentos que escuchaba en los discos y fue una decepción muy grande cuando me enteré, por boca de Lito Vitale, que en el MiniMoog no se podían tocar acordes. Es decir: toda la música que escucho de MiniMoog se hizo con un dedo. Hay una anécdota famosa que cuenta Rick Wakeman: su primer MiniMoog se lo compró a un actor a un precio regalado, este actor decía que el instrumento no andaba bien porque sólo podía tocar de a una sola nota... Cuando salí a comprar mi primer sinte analógico en las casas de música me decían que eran una porquería que no servían para nada, los tenían tirado por ahí a precios regalados y lograron convencerme de que no me compre ninguno de los sintes que mí me interesaban. Tampoco nadie me los podía mostrar porque son instrumentos que si no los sabés usar directamente no suenan. Entre el 92 y el 93 compré el Mellotron y el MiniMoog, te los tiraban por la cabeza, sentían que te estaban estafando, se me reían, me ponían apodos en las casas de música, me decían “el monofónico” porque yo preguntaba si tenían teclados monofónicos. Pero bueno, luego la tortilla se dio vuelta y todos se dieron vuelta rápido. Muchos músicos se dieron cuenta que el DX7 no era un instrumento que iba a reemplazar un Oberheim o un Moog. Tipos como Chick Corea nunca dejaron de usarlo por ejemplo.»

«Muchos músicos se asombran de que yo salga a tocar con todos mis teclados en vivo mientras ellos tienen todo eso en una Mac. Bueno, ellos saben que una Mac no suena igual. La diferencia entre un plugin del Moog y el Moog es para llorar. Todo por estar en una supuesta vanguardia, lo que me parece una ridiculez; para mí en el arte no se avanza. Pasó con gente como Fattoruso, por ejemplo, que es un tecladista increíble, que manejaba los sintes muy bien, en los discos de Opa hay una tímbrica muy linda entre los teclados. Cuando el tipo pegó el DX7 empezás a escuchar todos los solos que hacía con Rodhes o Wurlitzer con el sonidito del piano del DX7, aun cuando Fattoruso hace sonar el DX7 como nadie, pero extrañás que no tenga algunas cosas más. Me dirán que es mucho más simple y liviano llevar un DX7 que todo un arsenal de teclados. Sin querer ser fundamentalista ni criticar a nadie, simplemente digo mi postura: el arte no es algo cómodo, una orquesta no es una cosa cómoda, yo no quiero que deje de existir la orquesta y la reemplace algo más cómodo, ni como músico ni como audiencia. Por ahí abaratando y achicando tenés más ganancia pero ya estás pensando en algo que no es la música, en esa situación no es la música lo importante. En todos lo proyectos que toco llevo los instrumentos que creo que tengo que llevar porque me permite hacer la música que quiero y cómo la quiero hacer. Me encanta cuando aparecen instrumentos livianos y muy buenos, me ha pasado con los Clavia, yo nunca había aceptado tocar con emulaciones porque no me inspiran. Cuando un instrumento está muy bien hecho se transforma en algo más que la emulación, es un instrumento que te devuelve algo. Creo que todos los que estamos involucrados con la tecnología tenemos el problema grande de mirar la hoja del manual en lugar de escuchar. Es lo mismo que pasa con la computadora, mirás la música y no la escuchás, estás grabando y ves si picó o no picó. Con los instrumentos es lo mismo, se está detrás de la superación y olvidamos que el instrumento es una cosa con la que hay que dialogar y lograr que el instrumento te devuelva algo propio. La búsqueda de la “perfección sonora” demostró, cuando se obtuvo, que era algo que no tenía vida. En los discos de Tangerine Dream de los ’80, todos hechos vía Midi, no pasa nada, era mucho más interesante cuando los instrumentos se les iban de control. Lo que nos gusta del arte son esas pequeñas cosas donde se cuela la percepción del ser humano. La admiración por la máquina la podés tener en el inicio de algo, luego ya te deja de entregar, se transforma en un utilitario. Es mi opinión, hay otra gente que opina exactamente lo contrario y deben pensar que soy un imbécil que le gusta romperse la espalda cargando instrumentos… Pero es mi punto de vista.»

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Reporte técnico

El disco se grabó en ProTools HD a través de una consola Neve y utilizando también preamps de Universal Audio, Telefunken, Siemens, etc.

El asistente de grabación (también asistente técnico de Klauss) fue Tomás Hepner.

Se utilizaron los siguientes instrumentos: John Medeski: Hammond B3 Organ + Leslie, Rhodes Piano, Korg Lambda, EMS Synthi “A”, EMS Synthi “AKS”, MiniMoog. Ernesto Romeo: ARP 2600, Korg MS20, Oberheim SEM, ARP Sequencer, Pro-One, EMS Synthi “A”, EMS Synthi “AKS”, MiniMoog, Korg Lambda, Rhodes Piano, Roland Jupiter 6.

Algunos de los efectos usados con los teclados fueron: MXR Analog Delay (tres unidades), Multivox Tape Echo, Moog Ring Modulator, Ross Flanger, MXR Carbon Copy, Alan´s Choice Ring Modulator (diseñado para Alan Holdsworth), Electro Harmonix Memory Man y Digitech Time Machine.

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