A diferencia de otros instrumentos, las clínicas de batería abundan. ¿Por qué creés que sucede esto? Creo que se debe a que es un instrumento que a través del tiempo a sido reemplazado por máquinas y programas, pero que a su vez cada vez tiene más adeptos y fanáticos, por lo tanto se ha creado la necesidad de encontrar nuevos y más espacios de expresión.
¿Cómo fue tu formación musical con el instrumento? Tuve formación 90% autodidacta pero sabiendo leer música, aprendí mis primeros pasos con un profesor particular en Mendoza y luego seguí estudiando solo, basándome en elementos o recursos actualizados y siguiendo mi instinto. Al día de hoy sigo estudiando mucho y es una de las cosas que más placer me da.
¿Cuáles fueron los motivos por los cuales te inclinaste a tocar la batería y no otro instrumento? Fue por accidente, ya que no me dejaron comprar una moto... tomé ese dinero y me compré lo primero que vi: una batería.
¿En qué casos se utiliza o conviene utilizar el grip tradicional o cruzado? El tema del grip tiende a polemizar: Cuando me preguntan, yo lo comento con esta comparación: qué color es mejor ¿el rojo o el verde? Ninguno, es cuál te gusta más, basándome en eso a mi y por ahora me gusta más el grip tradicional y lo uso para tocar desde jazz, pasando por los solos de batería mas técnicos, hasta el heavy metal.
En las clínicas los bateristas se lucen tocando cosas complejas técnicamente, pero finalmente su tarea dentro de una banda es el ser “el reloj”, mantener el tempo. ¿Para qué sirve ser técnicamente virtuoso? Creo que, hoy por hoy, el estudio del instrumento se ha transformado en un arte en si mismo, las clínicas, festivales, etc. Estas son la oportunidad para poder mostrar ese arte que tanto nos apasiona y, a su vez, la posibilidad de encontrar un público receptivo a este mensaje. Si en un contexto de canción el baterista debe estar al servicio de la misma, no se puede en mi opinión estar tocando links de fusión para probar cosas o calmar su ego fuera de lo que la canción pide, sería algo no musical e inadecuado
¿Es determinante el uso de metrónomo para la formación de un baterista? Absolutamente.
En Mendoza vos organizaste varias clínicas y festivales de batería.
¿Cómo lo llevabas adelante sin perder de vista tus actividades como músico? Para organizar estos eventos a gran nivel de profesionalismo tenés que estar dispuesto a invertir mucho tiempo y esfuerzo. Yo invertía 6 meses por año para que las tres ediciones del Mendoza International Drum Fest, fueran lo que fueron: el mejor evento de batería que ha visto la Argentina en su historia. Ser el primer sudamericano en participar en todos los eventos de batería más prestigiosos del mundo es algo que ya veo en perspectiva y me llena de orgullo. Para mi fue el reconocimiento de la comunidad internacional a mi trabajo.
¿Qué estás haciendo en la actualidad en el plano musical? Estoy en dos proyectos bien diferentes: toco jazz con Tito Oliva Jazz Cordillerano Trío y con Arcángel, una banda tradicional del heavy metal mendocino.
¿Cómo te preparás para tocar en una clínica? Mi idea es auto-desafiarse todo el tiempo. Tomar riesgos sanos; yo ya sé lo que puede funcionar cuando toco para bateristas en eventos para bateristas porque lo he comprobado en los lugares más exigentes del mundo con mucho éxito, pero ya saberlo me aburre. Por eso es que trato de tocar y probar cosas nuevas en mi drumming (pero con contenido y criterio) y entonces tomar esos riesgos tiene que ver con no conformarme y seguir en una constante búsqueda como siempre lo hice.
¿Cuál fue tu trabajo para el desarrollo de la técnica de independencia en pies y manos? Darle prioridad primero al control y luego a la destreza. Entender cómo funciona la memoria muscular, buscar espontaneidad con estudios exigidos con el uso de la voz como quinta extremidad, constancia y dejar que la habilidad en el drumming se desarrolle en forma natural.
