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Hugo Bistolfi: “Rata Blanca es un caso único”

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Realizás presentaciones y clínicas para Yamaha. ¿De qué se tratan?
Trabajo con Yamaha desde el año 96 cuando la empresa se instaló en Argentina. Hemos puesto en el mercado los sintetizadores que salieron entre el 96 y el 2000, todos esos años estuvimos dando clínicas, demostraciones y shows sobre los productos que fueron apareciendo. También realicé trabajos de programación, componiendo los acompañamientos de ritmos argentinos para órganos que han salido en varios modelos en todo el mundo. Por supuesto, todo mi set, tanto en Rata Blanca como en mi proyecto solista, es completamente Yamaha.

¿Cómo está compuesto tu set para el vivo?
Utilizo el sinte de Yamaha Motif7 y tengo la combinación de lo análogo -como la línea CSX y AN1X- que sacó Yamaha en estos últimos diez años. Utilizo también un módulo con sonido a órgano Hammond. En mi proyecto solista también utilizo computadora pero depende mucho del tipo de concierto que realice.

En tus discos solistas hay mucha participación de instrumentos étnicos. ¿Cómo se dio este vínculo entre la electrónica e instrumentos más rústicos, por decirlo de algún modo?
Mi primer disco solista se llama Uritorco, es una obra conceptual sobre el enigmático cerro cordobés. Para el segundo busqué un lugar tan fuerte como lo era este cerro, y realicé mi viaje al Machu Pichu. Allí compuse música en homenaje a la ciudad sagrada Inca. Esta obra requería que fuese fusionada con música andina, entonces en Perú grabé los sikus, quenas, quenachos, zancas y todos instrumentos autóctonos incas, de esta manera nace mi vínculo con las culturas prehispánicas y sus instrumentos más tradicionales.

Tus obras solistas fueron catalogadas como “world music”. ¿Cómo la definirías vos?
Es música del corazón y del alma. Yo no compongo ni para estar en tal o cual batea ni para sonar en una radio o para que me pase el video una cadena de TV. Mis discos los produzco yo y lo importante siempre fue mi felicidad y sinceridad conmigo mismo. Luego sucedió que a la gente le gustó mi propuesta y como consecuencia de eso nació mi carrera solista con esta doble felicidad: la de estar tocando mucho, que cada vez las propuestas y hechos que voy logrando son más grandes y que haya nacido todo de esta manera sincera. World music es música del mundo, yo digo que la música es universal.

Rata Blanca siempre estuvo dentro del género hard rock o heavy metal. ¿Considerás que de ese encasillamiento musical nació tu necesidad de encarar tu propio proyecto?
En parte sí; yo también armé Alianza, un dúo con Adrián Barilari, cuando nos alejamos en los ‘90 de Rata Blanca. Allí componía hard rock con toques sinfónicos y al volver en el 2000 con Rata, esa dosis de rock estaba muy bien lograda y ampliamente cubierta. El desafío era buscar artísticamente otra cosa distinta y que sea totalmente sincera con mi búsqueda y mi crecimiento personal.

¿Cómo ves el rock pesado en la Argentina? Rata Blanca es un caso único, una banda de metal, popular, gracias a sus melodías y la calidad de sus instrumentistas, eso hizo que recorriéramos el mundo. En Argentina hay bandas buenísimas y en Latinoamérica no paramos de compartir y conocer bandas de rock duro. En este momento creo que está más fuerte que nunca este estilo.

¿Qué cualidades destacarías en los pianos y teclados Yamaha? Yamaha es una marca con muchísimos modelos de teclados, los grandes pianos de concierto y una variedad de pianos eléctricos grandísima. Cada sintetizador tiene lo suyo, han sacado modelos históricos a lo largo de su historia, los órganos con ritmos hogareños -como los llamamos acá- tienen unos sonidos increíbles, así que yo particularmente estoy conforme y por supuesto recomiendo la variedad sonora que Yamaha ofrece.

www.myspace.com/hugobistolfioficial
www.hugobistolfi.com.ar

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