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Juan Carlos Giacobino: Iluminador y representante de Luis Alberto Spinetta

Giacobino y Spinetta

Juan Carlos Giacobino es parte central de la puesta en escena del rock Argentino. Además fue representante de Spinetta, estuvo a cargo de la iluminación del escenario de una cantidad impresionante de bandas y solistas: Virus, Osvaldo Pugliese, Attaque 77, Fito Páez, Charly García, Willy Crook, Javier Malossetti, Auténticos Decadentes entre tantas otras. Fue responsable de la escenografía de Para los Árboles en el teatro Ópera y pionero en la proyección de luces sobre paneles. Realizó dos giras mundiales con Mercedes Sosa, una gira latinoamericana con Los Pericos y fue iluminador de Spinetta por 25 años. Conversó en exclusiva con REC Or Play. 

por Luis Mojoli

¿Cómo fueron tus inicios en el medio de la música?

Antes de ser iluminador fui disk jockey, tenía un seudónimo, Diego Lavarden, desde la secundaria, antes de los 15 años, pasaba música en fiestas en clubes y en salones que generalmente se hacían con Alejandro Pont Lezica, Rafael Sarmiento y muchos más de esa época. Fui creciendo en equipos de sonido e iluminación para armar esas fiestas.  

Soy melómano desde muy niño, a los 3 años escuchaba los Beatles, hay una parte de mi familia que es inglesa y a través de ellos teníamos mucha información acerca de este grupo, eso me fue llevando a ver conciertos de todo tipo. Me gustaban los recitales, no me perdía ni uno, iba a ver todo lo que estaba ocurriendo en el ambiente, no paré de ver shows en Obras, cuando fue furor el estadio. Claudio Miretti (Ingeniero y actual director Avcom electrónica, representante de Rupert Neve Design) me ayudó a crecer con los equipos a nivel técnico. Cuando iba a los shows, me fascinaba fijarme en la iluminación y como era DJ, empecé a aplicar mi experiencia de las fiestas y así fui creciendo. Luego conocí a Juan José Quaranta que es uno de los pioneros en iluminación en Argentina respecto de espectáculos musicales, gran referente, hasta hoy somos amigos, me dio impulsos para seguir aprendiendo, en ese tiempo no había escuela que enseñe, si no estabas trabajando en un show tirando cables y viendo de qué se trataba, tenías que ser autodidacta.

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Me empezaron a convocar grupos que comenzaban, con mis equipos iba y les hacía sus shows. Camouflage, Vade Retro, en San Martín provincia de Bs.As. estaba Sachet, montones de bandas y por conexiones de una u otra cosa seguimos avanzando. En Camouflage estaban Juanchi Baleirón, el Topo Raiman, Gastón y Leo Satragno, esa banda derivó en Los Pericos. Empezamos a hacer escenarios más grandes, Cemento, Caras más Caras, Einstein, Jams, Stud Free Pub. Además me contactaba gente del ambiente musical por ser DJ, así fue como hice una serie de espectáculos con Moria Casán y Castigliole que tenía un café concert importante en San Martín, GBA. Tenían un equipamiento espectacular, hicimos unos cuantos clubes, fuimos de gira. En el teatro de Plaza San Martín fui convocado para iluminar a Osvaldo Pugliese con su Sexteto de tango, fue algo que me partió la cabeza.

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De izquierda a derecha: Carlos Peluca Goldstack, Oscar Sayavedra, L.A.S. y Juan Carlos Giacobino.

¿Cómo fue que conociste a Spinetta y comenzaste a ser su iluminador?

Pericos fue un salto muy importante, fui iluminador de Pericos muchos años, su carrera fue una vorágine y a través de ellos y por estar inserto en el medio fui convocado por otras bandas, entre ellas:  Attaque 77,  Ulises Butrón con su grupo la Guardia del Fuego, Los Violadores, Sandra Mihanovich y Celeste Carballo, Enanitos Verdes, Riff, Divididos, eso fue un importante crecimiento profesional y me permitió comenzar como iluminador de Luis Alberto Spinetta. Con Luis hablamos por primera vez en el Chateau Rock de 1988 que fue el último festival que tocó Sumo, ya sin Luca Prodan, ese año había fallecido Alberto Olmedo, yo fui con Pericos, y Luis estaba en la etapa de Tester de Violencia con Guille Arrom en la guitarra y Machi Rufino en bajo. Nos hicimos amigos en una gira que realizamos por todo el país, yo fui con Los Pericos y estaban Spinetta, Virus, Los Ratones Paranoicos y La Torre. Al regresar comencé a trabajar con Luis y Pericos en paralelo. Fue una vorágine, también me convocó Fabián Matus para iluminar a Mercedes Sosa e hicimos tres giras mundiales. 

Juan Segura, iluminador de Spinetta en la etapa de Tester de Violencia, no fue a la gira y me quedé yo operando. Luego, Luis tiene una urgencia y me convoca a hacer un gran show en el Parque Centenario y a partir de entonces trabajé con él. Al final de su carrera me convocó para ser su representante. Además de esa relación de 24 o 25 años como iluminador, generamos una amistad muy familiar, él era tan familiero como yo, pasamos momentos muy gratos. 

Spinetta y Giacobino

¿Cómo describirías tu experiencia como representante e iluminador de Spinetta?

Hicimos cantidad de shows, teatros muy lindos, dos giras muy grandes por todo el país, salíamos a recorrer sin volver un mes entero, con todo el equipamiento de sonido e iluminación, íbamos al norte y al sur: Neuquén, Bariloche, Bahía Blanca, Mar del Plata y así sucesivamente hasta llegar a Buenos Aires. Fui su representante e iluminador, hasta sus últimos momentos, por siete años. En su última etapa hicimos el Concierto de las Bandas Eternas en Vélez y luego en Chile dio sus últimos dos conciertos. 

¿Podés contar alguna anécdota con él?

Una anécdota muy divertida es que Luis se enteró muchos años después de habernos conocido que yo era Diego Lavarden: “así que vos eras el pendejo DJ que nos tapaba los afiches de Invisible, de lo que me vengo a enterar ahora que sos mi representante”

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¿Cómo eran las preferencias en Iluminación?

No opinaba mucho, pedía cosas concretas, algo importante era que no le gustaba mucho la luz blanca de frente, también entendía que era necesario y lo laburábamos atenuado. Por otro lado no quería tener humo en su show como se usaba habitualmente, por lo que empecé a pintar pantallas blancas y diseñe algunas escenografías para Socios del Desierto en el teatro Ópera o en Para los Árboles, en el Gran Rex, con tecnología de luces móviles, hice proyección sobre fondos blancos y texturas. Para la escenografía de los Socios, Luis me dijo: que querían tocar los tres juntitos, a piso, sin tarima, como si estuvieran en una sala de ensayo. El escenario del Ópera es gigante, eran 18 metros de boca para cubrir, se me ocurrió esconder las luces, que no se viera la fuente de luz... Cuando se abrió el telón, parecía que estaban en su habitación en perspectiva, las luces eran proyectadas sobre telas blancas por detrás y veías dibujos fuera de foco y algunos movimientos programados acorde con su música. Algo predecesor de la tecnología que vino luego a la Argentina, grandes pantallas de fondo, leds que te permiten ir disparando cosas programadas en una computadora.

¿Cómo ves la industria de iluminación de escenarios en Argentina?

Por suerte acá ha crecido muchísimo, hay excelentes profesionales que se dedican a la iluminación, creativos, con montón de cosas escenográficas, que han estudiado y han hecho cosas fuera del país, también hay empresas que han comprado equipamiento de gran nivel. Creo que la iluminación es una de las fuentes para el crecimiento de todo nuestro espectáculo.

 

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