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La Vela Puerca: La banda oriental

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Entrevista: Pablo S. Alonso

Ustedes ya tenían la intención de grabar un disco en vivo en 1999, cuando sólo habían editado un álbum…
Enano: Era bastante motoneta. La banda acababa de sacar su primer disco en diciembre del 98 y ya en 99 queríamos sacar un disco en vivo. Pero fue algo comprensible porque durante muchos años sentimos que el fuerte de La Vela era el vivo, mucho más que cualquier disco.
Cebolla: Por ahí no lográbamos plasmar en los discos (de estudio) el sentimiento que teníamos en vivo. Fuimos un poco pujados por la gente que nos decía “Ustedes tienen que grabar un disco en vivo, que es donde más virtudes tienen”, pero no estábamos preparados para nada.

¿La idea era grabar un disco en vivo con temas que aún no habían sido grabados en estudio?
C: Sí, incluso nosotros tenemos muchos temas de esa época que todavía no grabamos; ahora se les pasó el cuarto de hora, quedaron en el tintero, pero tal vez un día vuelvan a madurar.
E: Lo más curioso de todo es que, personalmente, nunca me dí cuenta que iba a salir el disco en vivo; yo tenía en mente el DVD y la consecuencia del DVD fue un disco en vivo. No fue enfocado como “Hagamos un disco en vivo.”

¿Tuvieron alguna regla para elegir las grabaciones, qué material provenía del Teatro de Verano y cuál de Ferro?
C: Hubo una pequeña balanza porque nosotros queríamos poner mitad de la Argentina y mitad de Uruguay, pero uno de los factores fundamentales fue elegir los temas que estuvieron bien tocados.
E: Hubo unos temas que sucedió algo especial con la imagen, que no estaban bien tocados y entraron igual.

La presencia del público es muy activa a lo largo de los shows ¿Decidieron resaltarla en la mezcla?
C: Para nosotros el público cantando es parte del espectáculo. Sobre todo en Argentina. En Uruguay, si bien no hay tanta diferencia, no se vive desde el minuto uno hasta el último como se vive acá. Para nosotros, perder esa parte del espectáculo era como perder el cincuenta por ciento del show.
E: Y aparte no es lo mismo escuchar a 5 mil o 6 mil personas cantando que a 25 mil. Lógicamente, no sé si es el caso, pero lo pongo como ejemplo: si en Ferro teníamos 25 mil personas cantando “Zafar” iba a ser la toma que iba a quedar por más que en Montevideo estuviera mejor tocado.
C: Nosotros no regrabamos nada. No nos parecía sincero, nosotros no afinamos el 100% las cosas que cantamos, aunque no seamos unos perros, los gurises no tocan todo perfecto, hay pifies; nos parecía honesto que sea de esa manera. Si te jactás de que es un disco en vivo, que sea en vivo.

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Es raro que Contraluz (2004) tenga una presencia en el repertorio mucho mayor que El Impulso (2007), que era el disco más reciente cuando hicieron esos shows.
C: Nos es muy difícil hacer convivir las canciones del Deskarado (1998) con las de El Impulso. Es difícil encontrar el lugar para cada canción, con diferentes tipos de energía. E: Cuando terminamos de grabar El Impulso nos dimos cuenta que era un disco muy diferente de lo que la gente esperaba de La Vela. No era un disco para agitar, los personajes no te terminan planteando ninguna solución a sus problemas existenciales; entonces comprendimos que iba a ser mucho más lento el proceso de aceptación. Y ahora está pasando, porque una cosa buena de Internet es que te metés en los foros y podés saber lo que la gente quiere escuchar, y ahora la gente quiere temas de El Impulso.

Los cuatro temas inéditos del último disco, que junto a “Respira” fueron grabados y filmados en los estudios Sondor, ¿eran canciones que habían sido demeadas para trabajos anteriores?
C: Todos fueron demeados. “En vela” quedó afuera del Deskarado. Tenía otra parte al final, iba de otra cosa. “Caridad” tiene once años, “El Cantador” tiene otros tantos.
E: Quedaron afuera pero fueron tocados en vivo. Y se colaron en Internet, así que se justificaba grabarlas y editarlas bien. “Razón de ser” quedó afuera de El Impulso y “Respira” era una canción nueva

Hay una notoria similitud musical, notada por varios, entre “Respira” y “Mother” de Pink Floyd.
E: ¿Sabés lo que es para mí? El arpegio en la guitarra. Te tocaría los dos temas con una guitarra, si la tuviera ahora, son muy parecidos. (Tararea “Hey You”, también incluida en The Wall.) Tiene el mismo viaje que “Hey You”.

Aquí ya casi no existen los estudios en los que se grabaron los discos clásicos del rock argentino. En cambio Sondor es un estudio histórico de la música de Uruguay, incluido el rock, y aún sigue en actividad. ¿Les produce algo especial grabar allí?
C: La primera vez que entramos a Sondor fue para grabar “Familia rodante” para el homenaje a León Gieco (¡Gieco Querido!, 2008). La historia se me vino encima como quien se traga un DVD con toda la información de Mahatma Gandhi; me invadió un aura de respeto increíble, al ver ese estudio que había visto en fotos toda mi vida. Ver esas paredes de ladrillos, las máquinas, me sentía en un lugar espectral.
E: Además era ideal para lo que nosotros precisábamos, necesitábamos un espacio grande para grabar y filmar todo al mismo tiempo. Está grabado en vivo con los equipos metiéndose por todos lados, porque era un DVD y si había paneles (de aislamiento) se iba a ver.

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Es paradójico que ustedes, al igual que las otras bandas de rock de Uruguay con más repercusión en Argentina, no tengan tan marcadas las referencias de música popular uruguaya como bandas argentinas como Bersuit o Los Piojos.
C: Bersuit hace hincapié, justamente, en haber mamado de la actitud uruguaya. Creo que al ser de allá vemos en la música cosas implícitas que por ahí no son tan notorias, muletillas, toques, fraseos; cosas que son recontra uruguayas. Vos ya sabés que eso te muestra una foto de Uruguay. (El Enano se pone a tocar el ritmo de murga.) Claro, yo que soy uruguayo veo la uruguayez dentro de la música, aunque sea dentro de un grupo heavy metal.
E: Es la historia de Hablan por la Espalda, una banda de garage, totalmente podrido, como los Stooges pero con candombe. Siendo el carnaval más largo del mundo, la gente va en familia, entonces eso está en el ADN nuestro; de pronto son muy sutiles pero nos damos cuenta de dónde salen y mucha gente no, incluso gente de allá.
C: Cuando grabamos “A lo verde” (A Contraluz), invitamos a la guitarra de Zitarrosa, Toto Méndez, que nos dijo “Qué lindo minué”. Ah, minué, mirá... Recontra uruguayo. Capaz que viene otro flaco y dice “Ah, esto es country de Arizona”. Uno encuentra la historia.

Deskarado tiene un sonido latino, con una fuerte presencia del ska, similar a cosas que habían hecho Los Fabulosos Cadillacs. En De Bichos y Flores (2001) hay un cambio marcado en el estilo y el sonido. ¿Qué pasó entre ambos discos?
E: Pasaron tres años, lo mismo que del segundo al tercero y del tercero al cuarto. En tres años te pasan muchas cosas, y no las decís de la misma manera. Nos dimos cuenta al preparar el segundo que repetir formulas hubiera sido el ataúd de esta banda.
C: Sabíamos de una fórmula que tendría éxito con parte de la gente, que hubiera aceptado otro disco como el Deskarado. Nosotros no lo hubiéramos aceptado
E: Es natural para cualquier banda musicalmente abierta, como es La Vela, donde los ocho escuchamos de todo. A no ser que seas como los hermanos Young de AC/DC que son eso y chau, no me pongas más nada que eso, las botas, el vaquero, los tres acordes y un violero de la concha de la lora. O Los Ramones. Nunca nos consideramos una banda de reggae-skapunk; siempre nos consideramos una banda de canciones.

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¿Qué aprendieron trabajando con Gustavo Santaolalla a la hora de manejarse en el estudio? (Nota: Santaolalla produjo la reedición de Deskarado, el álbum debut de La Vela producido originalmente por Claudio Taddei.)
C: Eso, sobre todo, manejarnos en el estudio. En realidad cuando fuimos a grabar el Deskarado, nos dijeron “Bueno ¿quién va a producir el disco”. No teníamos ni idea.
E: El productor fue Claudio Taddei. La reedición del Deskarado son las mismas tomas de Montevideo, pasadas por ejemplo por un Marshall 800 que le garroneamos a Marilyn Manson (se ríe).

Fue remezclado en Los Angeles…
C: Fue ensuciado, faltaba mugre, las cosas que se decían no estaban tan bien acompañadas con la roña. De alguna manera fue una reproducción, se le agregaron caños a un par de cosas.
E: Y Hammond.

Claro, el Hammond de Aníbal Kerpel es un sello de todo lo que hace Surco, el sello de Santaolalla.
C: El tío Kerpel es un maestro, aparte tiene buen gusto musical y buenas ideas. Y con Santaolalla nos pasó que yo no entendía un pedo de tecnología, no entiendo mucho todavía ahora; lo vi al tipo que era un cocodrilo en el agua, manejando todos los artefactos que hay y entendiendo qué necesitar y cómo llegar con las máquinas a lograrlo. La concentración que tenía el tipo cuando estaba la luz roja prendida… decía “Che, la segunda cuerda de Santiago (Butler, guitarrista) está desafinada.” El tipo estaba en el foco, algo que nosotros nunca habíamos hecho.
E: Aparte, psicológicamente, supo cómo guiar lo mejor de uno mismo a la hora de grabar.

¿Cómo cambió con los años la manera de trabajar las dos voces?
E: Aprendimos a darle con las dos voces lo que la canción precisaba. Es bastante atípica como estructura de banda, dos vocalistas, dos frontmen. Son dos tipos que están libres, o sea, en algunos temas yo toco la guitarra, Cebolla también, eso facilita en vivo mucho más la energía que la banda tira a la gente, y la que la banda recibe de la gente. Es la gran diferencia con tener un guitarristavocalista y nadie que se esté moviendo. Eso tiene mucho que ver, también al momento de decidir cuándo se va a armonizar, si se va a armonizar en terceras o en quintas, si vamos a octavar, arriba, abajo, si va a ser unísono. Se toma en cuenta lo que va a ser la canción, lo que precisa...
C: De repente, tenemos cosas en vivo que en el disco no van. La energía del vivo da para meterse, y la timidez del disco quizá no da para meter otra voz.

¿Los arreglos de voz los resuelven sólo entre ustedes dos?
C: También Nico (Lieutier, bajista) y Ale Piccone, el trompetista nuestro. Ale porque tiene una voz cantante, que no es su boca pero es su instrumento, y el Nico porque es un loco que le gusta mucho la murga, las armonizaciones, y entonces siempre está encontrando nuevos caminos para acompañar. Yo también, a medida que han pasado los años, y al laburar todo el tiempo con el Enano (principal cantante y compositor), a veces hasta adivino si va a estirar o no la frase, según como viene la energía de él. El va derecho y yo me tengo que acoplar a la energía que él está mandando, a su vez contagiado por la energía que le están tirando las líneas de atrás. Eso llevó su tiempo…
E: Entrar y salir
C: De entrar y salir, no entrar ni desmedido por la energía, cosa que podía pasar cuando éramos más chicos. Yo lo veía al Enano prendido fuego, y (yo decía) “Córranse que entro yo” (El Enano se ríe) y capaz que le pegabas a la pelota como el Mono Pereira, con tantas ganas de hacer un gol la sacó del estadio (en referencia al penal que malogró en el partido de Uruguay frente a Ghana en el último mundial). Todo eso te lleva años, entrar con la medida justa.

¿Cuáles son los planes para el próximo disco de estudios?
E: Queremos volver a hacer un poco como a la vieja usanza con Santaolalla. Nosotros hacíamos la preproducción de las canciones, se las mandábamos, y él hacía los retoques de gente que sabe y lo ve de afuera. La idea es empezar a trabajar con Rodrigo Gómez, con Julito Berta, una coproducción de equipo. No tener a un productor como (Juan) Campodónico (productor de El Impulso), que estuvo buenísimo, pero que está desde el vamos en la cocina. Por como viene el disco, que son canciones simples, queremos ver hasta dónde llegamos solos para después empezar a laburar con alguien que lo ve desde otro punto de vista. Y después grabarlo.

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