Pasar al contenido principal

Main Area

Main

Marcelo Torres: “Estoy para entregarme a lo que hago y es lo que me nutre de vitalidad”.

Marcelo Torres

Por Luis Mojoli

La genialidad de Spinetta era la inclusión de distintas dinámicas y cuando él te llamaba tenías que responder a esos estímulos dinámicos: distintos géneros, ritmos y variantes”. 

Marcelo Torres sin dudas es uno de los grandes bajistas argentinos. Comenzó en los ‘80 en Tantor, un proyecto de Héctor Starc y Rodolfo García. A fines de los ‘80 fue conocido integrando Lito Vitale Cuarteto. En los ‘9O tocó el cielo con las manos con Los Socios del Desierto (Luis A. Spinetta). Finalmente alcanzó junto al Indio Solari el concierto de más convocatoria del espectáculo argentino. 

Bajista de elite, versátil, militante, intuitivo, su destreza lo lleva a un lugar donde la música es viajera en el tiempo. 

Marcelo Torres, actualmente es endorser de amplificadores Aguilar. Realiza clínicas en Colombia, en el Berklee de Bogotá y en otros países de Latinoamérica llamadas “Encuentros Conversatorios”. 

En esta nota habla de su nuevo trabajo discográfico “Adivino del Tiempo” su relación musical con Luis Alberto Spinetta, Indio Solari y sobre los distintos caminos qué hay a la hora de ser un músico profesional. 

Marcelo Torres

¿Cómo surgió Adivino del tiempo? Este disco surge luego de un show en La Habana (Cuba) con mi grupo. Yo había conocido acá en Buenos Aires a Harold y Ruy Adrián López Nussa, dos músicos destacados de la movida joven de Cuba. 

Durante la gestión presidencial anterior se realizaban distintos cruces musicales en el CCK y a mí me convocaron para hacer un set junto a estos dos músicos cubanos. Realizamos dos conciertos allí y generamos una buena química. Así que luego fui a tocar a Cuba, con música que yo habia compuesto para Paralelo 33, con aires latinos y de salsa. Así que cuando se definió el viaje los llamé a los cubanos y les dije “Che, podemos grabar?”. Ellos tuvieron una gran disposición. Grabamos dos canciones en un barrio llamado El Vedado. Fue increíble, es un estudio divino. Registramos “Adivino del tiempo” y “La Magia de la Xesta”, que completamos con Mario Gusso en percusión y Juampi Di Leone en flauta.

También grabaste en el norte argentino...

Sí, se dio la posibilidad de ir a tocar a Salta y Jujuy. Allí empezaron a surgir temas y comenzó a generarse un disco con un tinte bien norteño. Uno de los temas que grabamos se llama “El Labrador de Uquía” y surge fruto de la inspiración de ver a un coya trabajar la tierra. Ese tema, que es una baguala, lo produje en mi casa. La letra la hizo Fava Kindgard, un músico jujeño que luego invité a cantar en el disco.

Marcelo Torres
Marcelo Torres en Berklee en la ciudad de Boston

¿Cual es tu visión en Adivino del tiempo?
La música no está forzada, es muy orgánica, biológica. Eso es lo que me deja tranquilo al tomar elementos del folklore; no realizo una experimentación, sino que conservo la naturaleza del estilo pero introduzco los elementos de otros géneros que me conforman como músico.

El álbum cuenta con varios músicos invitados. ¿Cómo trabajaste la orquestación?  
A medida que iba surgiendo la música, vas pensando la orquestación, qué sonidos puede tener la melodía. Pero por otro lado, conocía a los músicos que invité, así que ya había una confianza previa. Hay un tema, “Días de festejo”, el primero del disco, en el cual invité a Victor Carrión, un músico riojano que toca con Lito Vitale. Tiene una formación muy amplia y toca la quena muy bien.Participó en ese tema y en otro tocó el saxo soprano. Más tarde fui a los estudios Sound Rec y grabé las bases de bajo, batería y piano con el trío con el que toco desde hace años. El otro trío es con Harold y Ruy que tocan otros temas. Después están además de Victor Carrión, Manu Sija en violín; un músico tucumano que tiene un aire folclórico pero que toca un violín de 5 cuerdas a lo Jean Luc Pontier. Mario Gusso en percusión y Juan Pablo Di Leone en flauta. También toca Franco Luciani en una canción dedicada a Jerry Lewis, un artista al cual estoy profundamente agradecido.

En el disco hay un tema A Milagro Sala. ¿Cómo se gestó esa canción?
Yo ahí un poco doy una materialización de las ideas políticas que tengo. Justamente al viajar mucho por el norte, sentí un gran avance sociocultural de los pueblos originarios. Realmente lo pude comprobar y lo que pasó con ella después me dio mucha pena. Más allá de que se pueda probar o no su culpabilidad, el hecho de cómo se manejó políticamente el caso, el haberla metido presa, me pareció una injusticia. De repente empecé a hacer esa música y sentí una atracción hacia esa idea, y complementé esta canción con una mensaje hacia ella. Entonces, a través del músico jujeño Bruno Arias, contacté a una mujer coya llamada Delia Huerta, quien escribió un poema y lo recita en la canción. En el track tocan Fabrizio Zanella y Hector Tedesco en violín y violoncello. La canción además tiene una connotación folklórica. 

Eso se siente mucho en el disco, también desde los músicos...
Sí, por ejemplo en el tema “El Labrador de Urquía” entran en acción Juan Cruz Torres en charango y Lucas Gordillo, el coro de niños del Capec Tilcara .Cuando vas allá se crean unos lazos de amistad muy fuertes. Son lugares más chicos; es un ritmo de vida diferente. Todos los años voy unos días y eso me nutre un montón.

Marcelo Torres

Contame sobre tu último tour en formato solo set.
Presenté un proyecto en el Fondo Nacional de las Artes para hacer clínicas en lugares alejados del centro del país. A partir de ahí armé un programa de trabajo con clínicas gratis para la gente y también conciertos en algunos lugares. Hice una clínica-concierto en Catamarca, un show en Catamarca, otro en Tucumán; clínica-concierto en Salta, un recital en Tilcara, luego otro en Jujuy y después en Santiago del Estero hice una clínica y concierto.

Insam

¿Cómo ves a la gente del resto del país en relación a la avidez por conocer los secretos de la música y del bajo?
Si bien toqué con Lito Vitale y muchos otros artistas, mi puerta de entrada a la gente es por el hecho de haber tocado junto a Luis Alberto Spinetta en Los Socios del Desierto. El amor, el aprecio y el respeto por la música de Spinetta es increíble, entonces el reconocimiento que recibo por haber estado en la banda de él es sumamente efusivo

Aparte estás en el lado académico de la música, me refiero no con la necesidad de salir a vender música de manera comercial, y con un gran compromiso.
Sí, la gente es lo que más me agradece: el hecho de ser sincero y natural, ya sea en una clínica, clase o concierto. Eso me resulta muy enriquecedor, porque es para lo que estamos. Estoy para entregarme a lo que hago y es lo que me nutre de vitalidad. Hace muchos años que estoy en la música y cuando eso te pasa, necesitás refrescar tu conexión con ella todo el tiempo. Son más de 40 años de rodaje.
como consecuencia de hacer las cosas con honestidad y sin buscar una recompensa. A mí me da credibilidad el hecho de que habiendo estado en proyectos tan artísticos y a su vez en proyectos más masivos y comerciales, sigo manteniendo una línea artística propia. Pude interactuar con ambas partes de la música y seguí mi camino. Apuesto a mi voz interior y a lo que quiero hacer musicalmente.

Es cierto, has recorrido un camino profesional con situaciones disímiles y populares como haber tocado con el Indio Solari, Luis Alberto Spinetta, Lito Vitale, Adriana Varela…
Yo llevo todo eso cuando recorro otras ciudades. Imaginate que si estoy en Catamarca no voy con un “verso” teórico, sino que llego con la experiencia de haber estado en lugares diferentes o donde rescato lo bueno. Voy con un mensaje musical positivo. Me interesa mucho conversar con la gente. Por ejemplo, en Colombia, en el Berklee de Bogotá, he dado algunas clínicas llamadas Encuentros Conversatorios. Ahí hablás de música y conversás con la gente.

¿Y aquí en Buenos Aires hacés algún conversatorio?
No, realizo dos encuentros al año en mi casa. Van entre diez y catorce personas y estamos todo el día entre clase y toque. Más que información musical, hay otras cosas que me reconocen más válidas de las que yo hablo. Es decir, si hay alguna pregunta técnica y yo puedo ayudar a resolverla, lo hago. Pero hay también algunos cuestionamientos: qué es ser músico, quién lo es, si el que trabaja de la música profesionalmente o no. La problemática acerca de cuándo lanzarse al profesionalismo, etcétera.

Tocaste con grandes músicos e hiciste carrera con ellos. ¿Cómo se mantiene o se alimenta esa relación artística?
Es como un intercambio energético. Al subir a un escenario tremendo, obviamente tenés que tener un sostén que tiene que ver con los musical y lo técnico. Pero también te podés quedar en eso y no ir a ningún lado. Por eso cuando realizo estas conversaciones con músicos, lo que les sugiero es que cuando acepten un proyecto artístico y musical, estén convencidos de que van a poder aportar algo y que lo van a realizar con convicción. Cuando vos tocás se hace creíble o no el proyecto en función de tu actitud. Por eso hay que saber leer la coyuntura en la que estás para poder aportar lo que es necesario. Si yo toqué con Spinetta, el Indio Solari, con Lito Vitale, Piero o Roque Narvaja, es porque hice una lectura de cada cosa que me permitió permanecer en distintos lugares.

Podríamos llamarlo ser versátil…
Pero se trata de un grado de inteligencia que no es la musical. Hay un montón de músicos que son virtuosos y no pueden encajar en determinado proyecto porque no tienen claro si quieren tocar para otros o hacer su propia historia. Se boicotean a sí mismos. Para mí es muy importante saber adónde se quiere llegar con la música; si se quiere ser solista, acompañar a alguien, o hacer todo.

También hay gente que directamente quiere ser exitosa o famosa.
Bueno, pero el que lo quiere hacer tiene que tomar decisiones y trabajar para llegar a ese lugar. Yo en general no tengo ningún prejuicio con respecto a la fama y el éxito. Simplemente lo que digo es que cuando uno decide tomar un camino respecto del éxito y la fama, sabés que estás yendo hacia una dirección que te va alejando de otros intereses determinados. Si vos no tuviste conciencia de eso, empiezan a aparecer dudas que influyen en tu psiquis. Si vos querés hacer dinero, fenómeno, concentrate en eso. Pero después no te arrepientas si ves a un tipo que toca bien, que hace música instrumental, no tiene plata y es feliz. Incluso a veces tenés dinero y no sos feliz.
Mi consejo es estar siempre sumando energías en diferentes proyectos musicales. Pero, ojo, la música, de la misma manera que nos da energía y revitaliza, también nos puede liquidar si tomamos malas decisiones.

Si tuvieras que elegir un disco de Los Socios del Desierto, ¿cuál escogerías?
(Piensa). El disco doble está muy bueno. Estrelicia tiene lo suyo y obviamente el San Cristóforo, que es una coautoría con el Flaco, también.

Marcelo Torres

¿Y el tema que más te gustaba tocar con los Socios del Desierto?
Es difícil decirlo. Con Spinetta, al Tuerto Wirtz le gustaba el toque fuerte y definido. Creo que ahí encontrabamos la máxima expresión. Era la fotografía de más alta definición de Los Socios del Desierto. Luis era un músico sumamente versátil. En los discos de Los Socios tenés canciones como “Cheques”, “Cuentas del Sol” o “La luz te fue”; pero también hay canciones como Bosnia, más experimental, o “Diana”, que es como un bossa nova o “Cuentas de un collar”. La genialidad de Spinetta era la inclusión de distintas dinámicas y cuando él te llamaba tenías que responder a esos estímulos dinámicos: distintos géneros, ritmos y variantes.

¿Qué diferencias encontrás en tu relación musical entre el Indio Solari y Luis Alberto Spinetta?
Lo sé perfectamente, pero preferiría no hacer una comparación.

¿Qué buscaba Luis Alberto Spinetta con su música?
Resolver la conflictividad de la existencia del ser humano. Él, cuando tenía un éxito musical, cambiaba la banda cada tres meses. Yo siento que Spinetta se acercaba más a mi visión integral del mundo artístico. El tipo era un artista mundial, como Peter Gabriel o Neil Young.

Con un bajo perfil y una conducta intachable.
Eso acompaña un montón. Pero de todos modos, musicalmente era un tipo con una gran cantidad de discos grabados y que no negociaba nada. Lo de él fue una verdadera búsqueda sobre cómo es la angustia de vivir en este planeta.

Has incursionado con los teclados. ¿Cómo estás componiendo?
Con el bajo estoy con el sistema MIDI, que me permite jugar con sonidos de módulos de teclado pero en el mismo bajo, lo cual me da una perspectiva que me permite salir a tocar solo. Me gusta jugar con cuerdas y hacer loops. En este disco la mitad de los temas están hechos con bajo y la otra mitad con piano. Cuando toco el piano hago la melodía, la armonía, pienso algunos arreglos, imprimo la partitura y después me pongo con el bajo.
Soy un músico autodidacta e investigo acordes, armonías: me interesa ver de dónde salen determinadas armonías o escalas. Pero después, al momento de tocar, me desentiendo. Cuando toco trato de simplemente expresarme.

¿Cómo está compuesto tu set?
Ahora estoy usando un bajo Elrick, que es de un luthier de Chicago. Pero igualmente tengo un Cort de seis cuerda. Pronto también voy a tocar mi bajo del luthier Alejandro Rubio. Él desarmó todo el bajo y le quitó peso.

Y en cuanto a amplificadores?
El equipo que estoy usando es el amplificador Aguilar AG700 con 2 cajas SL112, reproducen con increíble realismo, transparencia y definición sonora el mensaje musical que quiero dar, además estoy integrando de a poco a mi set los pedales de efectos de bajo (TLCCompresor,FilterTwin,Chorusaurus,Octamizer, Fuzzistor,Grape Phaser), gracias Dave Avenius de Aguilar USA y a Norberto y Sebastian De La Torre de Hendrix Music Argentina. 

¿Valvulares tenés?
Tengo un Marshall Dynamic que usaba con Spinetta y otro que es de un luthier de Brooklyn. 

¿Preferís los instrumentos de luthier?
Sí. Cort por ejemplo tiene muy buenos instrumentos de serie, pero no tienen un detalle preferencial en cuanto a las exigencias de un músico determinado.Por eso el bajo que me realizó Rubio, es el único bajo que se hizo a mí manera. Hay cosas en las construcción de ese bajo que están ligadas a lo que yo siento que tiene que tener un instrumento.
En general los bajos de un luthier tienen mayor dedicación y terminación. De todas maneras, puede venir alguien con un bajo de oro, pero hay que tocarlo. También es cierto que cuando tenés limitaciones económicas, hay posibilidad de crecimiento. O sea, si no te frustrás decís: “Yo tengo esto y tengo que tocar”. El mejor instrumento que uno puede tener es aquel al cual pueda acceder.

¿Como definís con cuantas cuerdas tocar?
Cuando vos tocás el de cuatro y pasás al de 5, esa quinta cuerda la tenés que incorporar a tu mundo de bajista. En un momento hay que definirse por la cantidad de cuerdas que vas a utlizar. Ahí te planteás cómo va a ser tu espectro de sonido.

¿Con qué otro músico te gustaría tocar?
No tengo ningún tipo de prejuicio de que me llamen a tocar con otro músico. Pero también es cierto que nunca fui fan de nadie. Hay gente que siempre soñó con tocar con algún músico determinado, lo logró y ese fue su objetivo. No es mi caso. Mi idea musical es abierta en cuanto a propuestas. La persona que me llame tiene que tener la misma cosmovisión que yo. A veces me mandan música para que grabe: he grabado para gente de Colombia y para dos músicos uruguayos. A mí eso me conecta con el punto de partida, que es el bajo en función de la canción. Tampoco caigo en encerrarme sólo en mi carrera y nada más. Estoy abierto. La vida sigue andando.

Insam
2019 Recorplay Música. Todos los derechos reservados.