¿Cómo te relacionas con la tecnología? De manera muy natural. Yo empecé escuchando música muy sintética, para mi la base era esa, yo programaba bases de batería con ruidos raros. Empecé escuchando Erasure y en mi primer banda a los 14 años éramos dos pibes tocando el teclado y una batería electrónica. Lo sentía como algo natural. Después llegó el piano que para mí es la expresión más órganica de la música. ¿A quién reconocés como influencia? Claramente a Charly García, él me mostró, tanto con el piano como en el modo de componer sus canciones y, por sobre todas las cosas, lo que decía en sus letras. Por otro lado Erasure y Depeche Mode, y la carrera solista de Brian Eno, luego de Roxy Music, con unos discos muy buenos con grandes canciones, para mi gusto de lo más bello que se hizo en el pop.
¿Recordás tu primer teclado? Si, fue un Kawai FS650, casero, casi de juguete que tenía mi hermana en casa. Con eso comencé a tocar. De más grande tuve la posibilidad de aprovechar un remate de teclados, porque había quebrado Royal House y compré todo el lote de teclados en reparación que eran 101 teclados, entre los cuales había uno con la mitad de las teclas, otro era sólo la carcaza, pero entre los 101 había 40 que estaban en condiciones de usar, que por ahí solo le faltaba un fusible o una ficha de entrada. En ese momento nació Ríspico, que terminó siendo el nombre de mi proyecto solista.
¿Actualmente qué teclados estás tocando? Toco con un teclado Roland Pro E, que es un teclado de tres octavas y bastante ancho, con un pedal Fuzz Factory Z-Vex, que es un pedal de guitarra. Este es el set con el que toco en vivo, pero además tengo como un top five de teclados que también uso: un Kawai PH50 que es mi favorito total, por la falta de unos componentes suena completamente distorsionado pero con un audio que te vuela la cabeza, el Casio CZ230S, un Casio MT52, el Crumar Performer y el Casio CK550 que es un teclado que tiene radio y doble casetera, todos sobrevivientes de aquel lote que conseguí. Con este último podés grabar en casete la radio o directamente lo que estás tocando, esto hace que la puedas usar como una mini portaestudio. La anécdota fue que cuando Charly estuvo internado le mandé uno de estos teclados y estuvo muy agradecido.
La relación con Charly era estrecha en la época de Turf. Fue muy movilizante. Hicimos ese disco de versiones [Para mi para vos, reversiones, 2005] y Charly versionó un tema mío (“Nos vacían la casa”), que a su vez es como un anagrama de mil de temas de él. Entonces ver a ese genio que tanto admirás tocando una canción así fue muy fuerte. Un caballero total, estando con él se generó una atmósfera muy especial, estuvimos compartiendo como ocho horas de sesión en el estudio y metió sonidos, bases, teclados, voces, bajos, guitarras como en 200 canales.
¿Con los teclados que tenés qué tipo de audio buscás en el estudio? Me gusta lograr un audio más bien corrosivo y en otros momentos pasajes más lánguidos y delays bien profundos y climáticos, bien a lo Brian Eno, más ambiental. No me gusta el audio seco sin procesar de lo que sería un Hammond básico de rock ni un teclado tocando como piano. Aprovechar las virtudes de un teclado usando efectos, flangers, delays, procesando el sonido bajándole octavas por ejemplo.
¿A la hora de grabar utilizás plugins o directamente usás efectos originales del teclado? Prefiero usar los efectos propios de cada teclado y no grabo la señal pelada para después agregarle los efectos de la compu. Todo bien con los plugins, pero me gusta más perillear en el momento y yo poder encontrar el sonido que busco. Técnicamente no está bien, pero siempre trabajo con los efectos puestos desde antes, analógicos o digitales, ya grabo el sonido como va a ir. Por ejemplo el Pro/E pasado por el Fuzz Factory, o el 230S pasado por un pedal de delay, o uso una Roland Eco Verb, un efecto a cinta que es la que usaba Luca [Prodan] en “Mejor no hablar de ciertas cosas”, por ejemplo.
¿A la par del conocimiento del instrumento, hace falta que el músico sepa utilizar la tecnología actualmente? Creo que sí, ya es un lenguaje que te facilita las cosas a la hora de grabar y con el que te podés comunicar con otros músicos. Se puede probar, volver a grabar y seguir probando. Particularmente, con mis composiciones en solitario grabo en multitrack digital hace más de diez años con un programa arcaico, pero que me posibilita registrar esos momentos de creación. Realmente prefiero mover perillas reales antes que un mouse bajando y subiendo un fader virtual, pero sí reconozco que te otorga facilidades.
