¿Cómo llegaste a la música?
La música vino a mí, desde muy chico. Mi papá fue cantante de tango, mi hermano tocaba la trompeta, pero ninguno se dedicó.
Yo empecé cantando en fogones de club y recién a los 16 años cayó un saxo a mis manos, por un problema respiratorio. Me lo recomendaron, pero yo ya tenía un perfil musical. Todo esto fue a mediados de los '70
¿Recordás tu primer instrumento?
Sí, un saxo King, americano, de estudio. Era lo que se podía conseguir en ese momento en el país. Con ese instrumento fue con el cual me formé.
¿Es imprescindible estudiar música para tocar un instrumento de viento?
Todo depende de lo que se quiera alcanzar como músico. Se vuelve necesario de acuerdo a la exigencia que cada uno tenga con su instrumento. El saxo es un instrumento melódico, un instrumento que si no lo sabés soplar no suena. Entonces pasa a ser necesario el conocimiento de la técnica para hacer sonar el saxofón. Con respecto a la lectura, sirve para agilizar, ya que en una sección de vientos, que para el reggae o las bandas de rock se compone de saxo, trompeta y trombón, es más práctico pasar los arreglos escritos. Si los músicos no saben leer, lleva mucho tiempo de ensayo.
¿Desde qué lugar se acercan los músicos cuando requieren de los servicios de un saxofonista? ¿Ellos proponen las líneas melódicas o lo dejan en manos del instrumentista?
Hay quienes te dicen que quieren ver cómo queda o te piden que produzcas los caños para una grabación. Está el que me silba una melodía dando una idea de cómo quiere que suene el arreglo para determinado tema o nos hace escuchar un disco para darnos una referencia del sonido que busca. Y a veces, directamente, depositan su confianza en el vientista para que se haga cargo de los arreglos. Por eso, y volviendo a lo anterior, se da que los músicos que tocan algún instrumento de viento se ven forzados a aprender música, lectura y la técnica para poder tocarlos.
¿Cómo fue que llegaste a tocar otros tipos de saxos?
A pesar de ser todos saxos les di a cada uno un lugar distinto, según la voz que yo necesite para interpretar algo, ya que están en diferentes alturas. El saxo alto, me parece un instrumento espontáneo, explosivo para determinadas cosas. El soprano es muy agudo y me permite insertarme en determinadas bandas, más por arriba. El tenor es más blusero, más grave, tiene más armónicos, esas notas que no se escuchan, y me da otro cuerpo, otro calor. Y el barítono, tiene esa posibilidad que te da lo grave, de ir bien por debajo. Además, al ser docente, investigo y los toco todos, aunque tenga mis predilectos.
¿Cómo nace la composición desde un instrumento de viento?
En mi caso nace desde lo rítmico, por una cuestión más ritualista, de tambores. Y en este caso el saxo toma el lugar de las voces, es cantar a través del instrumento, esa es mi filosofía.
Cuando te enseñan a tocar un instrumento, te dicen que la mano puesta en determinada posición es un Do, por ejemplo. Yo creo lo contrario, que los dedos apoyados en esos lugares son la representación de un sonido, de una nota.
¿Con qué saxos tocás en la actualidad?
Soprano curvo, chino. Saxo alto, de colección, vintage, ‘my baby’. Soprano recto, Selmer París, considerado uno de los mejores saxos. Un saxo tenor americano, mandado a construir en Francia, hecho a mano. Y el barítono, un SML.
Como docente, ¿qué le dirías a alguien que toma por primera vez un saxofón?
Hay una sensación que es intransferible, que es al poner los labios en la boquilla y sentís la vibración del saxo en tu cuerpo, cada uno siente cosas diferentes, y eso hace a tu personalidad.
