Fernando Samalea es el que siempre estuvo y está. Firme, al pie del cañón.Tocó con todas y todos: integró Metrópoli, Clap, Fricción y el Sexteto Irreal. Grabó y giró con Charly García, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati, Illya Kuryaki & The Valderramas, Joaquín Sabina, Fabiana Cantilo, A-Tirador Láser, Draco Rosa, Daniel Melingo, Jorge Drexler, María Gabriela Epumer, Calle 13, Pedropiedra, Hilda Lizarazu, Coco Rosie, Bianca Casidy, Benjamin Biolay, Fernando Kabusacki y Marina Fages, entre otros.
Como baterista, bandoneonista y escritor, mantiene un apetito voraz por incorporar nuevos conocimientos y experiencias, que luego quedan plasmadas a través de sus minuciosos relatos plagados de anécdotas. Su último libro - primero vinieron Qué es un long play (2015) y Mientras otros duermen (2017)- fue editado el año pasado por Editorial Sudamericana bajo el nombre de Nunca es demasiado. El material abarca el periodo 2010-2017 y narra, como en sus anteriores trabajos, vivencias con Charly García, pero también menciona su recorrido por Europa junto al francés Benjamin Biolay, su gira sudamericana en motocicleta junto a Marina Fages y otros recuerdos.
Ya que nombramos a Charly, cabe destacar que Sama fue el baterista de Parte de la Religión, cuarto álbum en solitario de García. El disco fue producido por el ex Serú Girán junto a Joe Blaney y fue lanzado al mercado en 1987 a través de las companías Columbia y Sony Music.
En su edición de mayo de 2008, REC Or Play publicó un relato, firmado por el propio baterista y bandoneonista, en el que Fernando Samalea reveló el paso a paso de la grabación de Parte de la Religión. Tiene razón Samalea: nunca es demasiado. Siempre es bueno volver a recordar.
Parte de la Religión
Por Fernando Samalea
Oídos en technicolor
Parte 1.
“Como es habitual, Charly esbozó el disco en su departamento, portaestudio de 4 canales a casete y batería eléctrica mediante. Por entonces se había montado un auténtico hábitat o fábrica de sueños -llamativamente prolijo y ordenado - en una de las luminosas habitaciones que dan a la Av. Coronel Diaz, con el Grand Piano Yamaha CP70 en plan protagónico al que sumaba un Roland Jupiter 6 y otros sintes y guitarras que iban apareciendo. En solitario, registró versiones memorables de 'No voy tren' y 'El Karma de vivir al sur’, el que recuerdo tenía una parte instrumental bellísima (finalmente perdida en los misterios de la creación) con un sinte grabado por el mismísimo Nito Mestre durante una visita ocasional. La cosa era bien despojada: piano, sinte de cuerdas y un ritmo constante en la [Yamaha drum machine].
“Yo hacía un par de años que tocaba con Charly así que fui asomando de a poco a esas tardes y noches, programando o tocando algo y emocionándome al palpar desde la primera fila cómo se forjaba un tema tras otro. Ya instalados en Panda, se grabó la estructura general del disco directamente sobre la cinta de 24 canales. Allí definimos las velocidades de las canciones y los arreglos primitivos para luego ir perfeccionándolos. La consigna -pautada con mucha tranquilidad y humor -era que todo podía ser definitivo o regrabable en alguna parte del periplo Buenos Aires-Río de Janeiro-New York, que rezaba el plan de grabación. Entre otras cosas, de esas maratónicas sesiones iniciales, se rescataron los solos de David Lebón y los saxos de Dani Melingo”. REC Or Play Mayo 2008".
