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Sebastián Peyceré: Cuidado con el exceso de información

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¿A qué edad comenzaste a tocar? Empecé a interesarme por la batería de tan pequeño que ya no me acuerdo. Pero me cuentan que a los 3 años, ya golpeaba todo. A los 7 años me armé una batería con todo tipo de objetos: cacerolas, ollas, cajas. En esa época no sabía como era una batería, supongo que me habrá interesado el ritmo.

¿Cuáles fueron las primeras músicas por las que te interesaste? Me encantaba Led Zepellin, los Stones, Jimi Hendrix, James Brown. En mi casa se escuchaba todo tipo de música, así que escuchaba jazz, bossa nova. De chico me rompía la cabeza (ahora también, en realidad) con John Bonham, Billy Cobham, Ian Paice. También me gustaba la movida jazz-rock: Weather Report, Mahavishnu Orchestra, etc. A los 10 años escuché por primera vez a Billy Cobham y me cambio la vida. También me marcaron mucho Steve Gadd, Tony Williams, que fue uno de los primeros bateristas de jazz que escuché y me voló la nuca.

Participaste de varios proyectos ligados a lo que se conoce habitualmente como música de fusión. ¿Qué cosas debe tener esa música para que no suene híbrida y sin alma? Participé en los primeros proyectos de fusión en Argentina en los cuales pude explorar otras áreas de sonido. Me parece que para que una música no suene híbrida debe estar basada en las raíces musicales. Hay que ir a las fuentes, conocerlas, conocer los ritmos tradicionales. Y en base a todo eso, ver qué puede hacer uno, siempre basándose en el respeto y en la búsqueda del sonido. Ahí es donde aparece el alma.

Hace muchos años que te dedicás a la docencia. ¿Cómo ves a los jóvenes bateristas de ahora comparado a los de hace 10 o 20 años? Hace mas de 20 años que me dedico a la docencia y puedo decir que ahora hay muchas más información que antes, lo que no quiere decir haya más profundidad en la información que se obtiene. Hay que tener cuidado con el exceso de información. Hay que masticar bien los conocimientos para que tengan peso. Igualmente creo que organizándose bien, buscando la información adecuada y sobre todo estudiando mucho, a los bateristas actuales les espera un buen futuro. Hay nuevas generaciones que realmente me sorprenden.

¿Cómo fue la experiencia de grabar y tocar en vivo con Edelmiro Molinari el año pasado? El disco (Expreso de agua santa) se publico hace un año pero fue grabado hace dos. La experiencia fue alucinante, porque se unieron la poesía de Molinari con el poder del bajo de [Daniel] Maza. Unos de los primeros grupos que escuché fue Almendra, que además fue el primer grupo al que fui a ver en vivo, en el año 79 [el regreso de Almendra] con mi hermano mayor. Así que grabar y tocar con Molinari, para mí fue un honor.

¿Por qué creés que hay tan pocos discos de bateristas argentinos? Es difícil sacar discos en Argentina, y sobre todo cuando se trata de música instrumental, y dentro de los discos instrumentales, están los discos de bateristas. Hay que hacer todo de manera independiente. Ojala las compañías se interesaran por esta música.

¿Qué opinión tenés sobre el momento en que vive la escena del jazz argentino? Me gustan algunas cosas. Me gusta que haya festivales y movidas que acerquen el jazz a la gente. Me gustaría que haya más lugares para poder mostrar los diferentes estilos que hay acá, que son muchos. Hay un buen nivel de músicos y cada vez más gente se esta dedicando a tocar. Me gustaría que se creara más y se copiase menos. Estamos todavía en expansión.

¿Con qué batería estás tocando en la actualidad? Con una Solidrum que es una batería argentina de lujo. También uso para grabar una Gretsch, o una Pearl. Pero en vivo toco con la Solidrum.

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