Egberto Gismonti: Es muy tarde para ser deshonestos
Aunque su completa veracidad es difícil de comprobar, los cazadores de leyendas musicales de este continente deberían considerar esta historia: Astor Piazzolla y Egberto Gismonti -dos de los más grandes renovadores de las músicas populares de Argentina y Brasil- encontraron su identidad como músicos bien lejos de sus propio territorio y a través de la misma persona. Se sabe que Piazzolla quería ser un músico clásico y que con ese fin en mente en 1954 se radicó en París para estudiar con la prestigiosa profesora y compositora Nadia Boulanger (1887-1979). En uno de sus últimos encuentros, y a pedido de Boulanger, el argentino tocó un tango de su autoría (“Triunfal”, según la leyenda); acto seguido (para ser fieles a la leyenda: la profesora lo interrumpió en el octavo compás) Boulanger le dijo al bandoneonista que únicamente allí estaba el verdadero Piazzolla. En la entrevista que sigue, pues, Egberto Gismonti se encargará de contar los detalles de su historia -que transcurrió casi veinte años más tarde que la de Piazzolla pero en el mismo ámbito (la casa de Nadia Boulanger en París)- y su decisión de regresar al Brasil para abocarse al descubrimiento de las músicas de su país; tarea que, asegura, continúa hasta hoy. La charla telefónica -que casi se consumió en el relato de su fortuita epifanía parisina y la lucha por recuperar el derecho a las decisiones artísticas-comerciales sobre sus viejos fonogramas- se produjo con motivo de las actuaciones que Egberto Gismonti ofrecerá (acompañado por su hijo Alexandre) durante el mes de mayo en varias ciudades de Argentina: Rosario (8 de mayo, teatro Fundación), Córdoba (9 de mayo, teatro Libertador), Chaco (10 de mayo, teatro Guido Miranda) y Buenos Aires (11 de mayo, teatro Gran Rex).