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"Un estudio es barato cuando no hay manera de que la grabación salga mal"

Estudios Panda

¿Cómo podrías describir los comienzos de Panda?

Yo digo que los cimientos de los Estudios Panda se remontan a mis días como músico, en los años setenta. Gustavo Santaolalla se fijó en mi en un recital que compartíamos y me puso en contacto con la revista Pelo, que estaba organizando El Acusticazo. Ahí me relaciono con con Litto Nebbia, con León, con Porchetto y en ese ámbito lo conozco a Charly, que estaba empezando con Sui Generis, yo era uno más de todos ellos. Cuando dejo la actividad musical en el 78 me dediqué a otra cosa completamente diferente, pero siempre hubo algo dentro mio que me pedía vincularme con la música de algún modo. Y empecé a montar un estudio pero para uso privado, para grabar mis canciones. Una portaestudio, una cámara Yamaha y cosas así. En ese momento cada compañía grande tenía su estudio: RCA, CBS, Music Hall, Microfón que usaba ION y Phonalex. Y Panda nace de un modo completametne fortuito. Voy a un salón de fietas para un cumpleaños de 15 de una prima y quien manejaba ese salón era Carlos Beillard, cuyo hermano era el conductor del famoso programa Escala Musical. Le comento a Beillard que tengo unas canciones y él me sugiere ir a Microfón. Ahí descubro que el flamante director artístico de Microfón, Rubén Lotes, tenía en su casa un pequeño estudio montado. Eso me dispara la idea de comenzar a hacer mi propio estudio en un depósito que mi familia tenía en Floresta. Empiezo a comprar una consola, una máquina de ocho canales, luego una de 16. Pasó un año de obra en el lugar con albañiles y carpinteros, todos los días con la obra. Y cuando llegó el momento de diseñar el control, llamé a Carlos Píriz, al mismo tiempo que él hacía Moebio. Luego hicimos la sala de arriba que diseño nada menos que George Augspurger, una eminencia mundial en la materia, con los monitores Tad hechos completamente a mano.

Estudios Panda

¿Cuál era la competencia que había a comienzos de los ochenta, cuando empezás con Panda?

En ese momento estaba Del Cielito, Fonema, Del Jardín en la avenida Santa Fe y Moebio que arrancaba. También estaba TNT en la calle Moreno pero para esa época (Tim) Croatto ya había vendido. Había buena oferta de estudios pero el día tiene 24 horas y en aquella época había músicos para todos los gustos. Entonces ya tenía el estudio pero no tenía músicos, tenía que empezar a promocionarlo. Y no se me ocurre mejor idea que llamarlo a Charly para invitarlo a que lo conozca. Charly me dijo: “La semana que viene voy a conocerlo porque estoy por entrar a producir un grupo nuevo”. Un miércoles a la tarde tocan el timbre y era Charly. Vio todo y dijo que iba a mandar a su técnico para que le diera su opinión. A los pocos días vino Amílcar (Gilabert). Le gustó pero me dijo que tenía que comprar unos micrófonos determinados. Quería Neumann U87. Los conseguí y al poco tiempo cayó Charly con Los Abuelos de la Nada para grabar el disco debut del grupo. El primer día de Charly con Los Abuelos yo estaba como asistente de Amílcar: llega Miguel Abuelo a las dos de la tarde y aún no había nadie. Miguel a las pueteadas: “La puta que lo parió, estos pendejos qué se creen”. Al rato llega el papá de Calamaro con el (Korg) Poly 800 de Andrés. Y van cayendo los demás. Y la producción de Charly- Amílcar era una dupla explosiva, no conocí mejores productores que ellos. Y Panda en gran parte existe gracias a esos discos que ellos hicieron acá para DG.

¿Qué consolas tuviste en los primeros años?

Los primeros tres años se usó la consola Tascam Model 16 y en el 85 compramos la MCI de 24 canales. Todo peso que entraba se invertía en equipos. No paraba, porque el trabajo empezó a crecer. Luego del disco de Los Abuelos Charly empezó con Yendo de la cama al living y paralelo a eso estaba Celeste Carballo, Dulces 16, V8, Los Violadores, Virus, GIT. El trabajo en Panda detona a partir de la prohibición de pasar música en inglés durante la guerra de Malvinas. Entonces todos los sellos nos llenaron de trabajo porque no quedó otra que grabar a sus artistas locales.

¿Cómo era la actualización del equipamiento?

Cada tanto viajaba a comprar equipos. Incluso compraba cosas que todo el mundo consideraba obsoletas y ahora es un equipamiento muy buscado, como el caso de los ecualizadores Pultec por ejemplo. Por eso ahora, por suerte, estamos equipados con elementos muy buscados en la industria del audio. Panda además fue pionero en lo que respecta a mezclas digitales y acá funcionó –y aún funciona– el primer estudio de mastering que hubo en el país.

¿Cómo era el trabajo diario con un ingeniero legendario como Amílcar Gilabert?

Amílcar fue lo mejor que yo vi en mi vida. Un tipo que podía hacer grabar a Bazterrica en el baño o pedirle a Lebón que toque sobre un tubo de los que se usan en la construcción. Un talento excepcional. Sin Amílcar Gilabert por ejemplo no se explica la existencia de otro talento como es Mario Breuer. Almílcar es un tipo que sin ser músico tenía unas cualidades excepcionales para detectar la musicalidad. Yo lo conocí de traje y corbata cuando él trabajaba en Qualiton, el sello de Iván Cosentido de música clásica, imaginate la cultura musical que traía Amílcar cuando se dedicó al pop.

¿Qué podés decir de Oktubre, el mítico álbum de los Redondos grabado en Panda?

Lo grabó Osvel Costa, de casualidad, porque Mario Breuer estaba con otro trabajo y de rebote le cayó a Osvel. Era un disco de Mario, pero se había comprometido con otro proyecto. Luego ya no lo dejó pasar e hizo los siguientes álbumes de Los Redondos. Mario es un profesional perfecto. Nunca llegó tarde y mucho menos faltar a una sesión. Venía con su Ford Falcon, estacionaba en la puerta y a veces se quedaba en el estudio a dormir para arrancar temprano al otro día.

¿Qué otros ingenieros pasaron por el estudio?

La cadena empieza con Amílcar y Mario Breuer y luego sigue con Guido Nisenson, Walter Chacón, Cristian Algarañaz, Osvel Costa. Todo durante los años ochenta. Entre Los Pericos, Los Cadillacs y Los Decadentes hicieron 15 o 16 discos en Panda. Y en los noventa me llaman de Interdisc para decirme que la banda Scorpions quería tomar durante una semana el estudio para grabar su disco, es decir, la primera banda internacional y de primer nivel. Y a medidados de los noventa el rock empieza a bajar y ese espacio lo empieza a llenar la cumbia, los grupos que actuaban en lo que en aquel tiempo se llamaba “las bailantas”. A través del productor Rubén Riant por Panda pasaron Alcides, Ricky Maravilla, Sombras, Ráfaga, Malagata, Gilda, La Nueva Luna, Antonio Ríos, etc. Buscaban un sonido moderno, diferente. Los estudios clásicos tenían un sonido que no era malo pero quizás aquí estábamos un paso más adelante del resto. Y así como en el 86 adquirimos la Studer de 24 canales que nos da una confiabilidad única, en el 96 somos el primer estudio de Sudamérica en tener la consola Solid State Logic. Hubo que hacer un gran esfuerzo pero esa consola aterrizó en Panda. Yo no iba a aumentar los precios del estudio pero siempre quería estar en punta, tener lo mejor. Y arrancamos con la Solid State Logic grabando cumbia. Y también hicimos la diferencia en este otro género popular, porque esos discos grabados en esa mesa explotaron, vendieron millones. En los ochenta grababa con Grinbank, Pelo Aprile y la EMI. Y en los noventa nos llenó de trabajo Kuky Pumar de Leader Music.

¿Hoy en día Panda es un estudio solo para artistas que manejen grandes presupuestos o es accedible a músicos emergentes?

En el mundo de la grabación hay una regla de oro sigue inalterable aunque los tiempos cambien: para que un disco suene bien hacen falta dos cosas, un buen estudio y un buen ingeniero, si alguna de esas dos cosas falta la grabación puede fallar. Todos pueden grabar en Panda. Tiene una calidad de primer nivel al mismo precio de cualquier estudio de segunda línea. Las mezclas digitales con plugins suenan todas iguales. Eso se nota cuando escuchás la música. Son mezclas sin personalidad. Todo tiene el mismo color y está emparejado para abajo. Acá los plugins son de carne y hueso, originales, y no copias hechas en China: Pultec, Fairchaild 670, cámaras EMT 140, elementos que solo existen en lugares como Abbey Road y otros pocos estudios en el mundo. Este estudio tiene un control único, lo dicen los músicos y los ingenieros que pasan por acá. Y lo que se mezcla en Panda luego lo escuchás bien en cualquier lado. Los precios son muy accesibles y cada artista necesita un presupuesto y un asesoramiento diferentes. Es como hacer una casa. Ninguna casa es igual otra como ninguna grabación se parece a otra. Por eso no hay presupuestos unificados para todos los proyectos. Cada proyecto es único y por eso tiene un precio diferente a todo lo demás. Pero una cosa es inamovible: los precios de Panda son los más bajos que estamos en condiciones de ofrecer. Barato es cuando no hay manera de que la grabación salga mal y caro es cuando salen mal. Si tu disco suena mal, ese disco salió caro, no hay vueltas.

“Mi estudio preferido en Buenos Aires”
Por Jota Morelli

Panda es casi desde el momento en que lo conocí mi estudio preferido en Buenos Aires. He conocido estudios de todos los tamaños y en todas las ciudades que visité, pero acá en Floresta hay una energía especial. Comencé a frecuentarlo a mediados de los años ochenta, cuando hacíamos sesiones con el Negro García López, que vivía con el padre a la vuelta, en Magariños Cervantes y Segurola. Hice muchos discos acá con Marío Breuer en la consola y Cachorro López en la producción, especialmente en la década de los ochenta. Muchos discos para Colombia, producciones que hacía Cachorro para afuera. Siempre digo que si sos batero y tenés un buen instrumento, un buen ingeniero y una sala y una mesa como los de Panda, si sonás mal el problema es tuyo. Pero acá estoy a salvo, en Panda.

Esudios Panda

“Acá están los mejores equipos del mundo”
Por Sergio Martínez (Ingeniero de sonido)

Llegué a Panda en el año 2005. Había terminado de estudiar en Tecson y mandé mi currículum a todos los estudios de la ciudad, desde el más chico hasta el más grande. Y curiosamente el único que me respondió fue uno de los más grandes: Panda. Vine a hacer una entrevista, charlamos con Miguel y a la semana me llamó para que estuviese presente en una sesión de bases. Recuerdo que estaba Facundo Rodríguez de ingeniero con una banda llamada Panza. El Bolsa González era el drum doctor. Esa fue la primera vez que entré al control del estudio A de Panda. Desde ahí comencé a presenciar varias sesiones, aprendiendo lo que hacían los asistentes hasta que empecé a asisitir yo. Trabajé con los técnicos más prestigiosos del país y también otros extranjeros, ahí comenzó mi camino. Mis referentes son varios: Facundo Rodríguez, Mariano Bilinkis (con quién trabajé mucho porque él estaba mucho en Panda en aquella época), Nicolás Kalwill y ni hablar Mario Breuer, tanto profesionalmente como sus cualidades como persona. Cada uno con sus características y sus métodos, pero aprendí un montón de todos ellos. Acá se graba mucho rock, mucho tango y en los últimos años también pasaron chicos que hacen rap o freestyle, un signo de los tiempos. Suele estar la idea de que para grabar en Panda hay que ser un artista consagrado pero la realidad es que el 70% del trabajo que hacemos acá son bandas under o en ascenso, que juntan su prespuesto para ir a grabar a un buen estudio que les posibilite seguir creciendo con un sonido de excelencia. Acá están los mejores equipos del mundo: preamplificadores Neve, ecualizadores Pultec, el compresor Fairchild, la mesa SSL, el equipamiento que tienen unos pocos estudios de primera línea en las capitales del mundo. El primer trabajo que tuve en el estudio fue con un disco del Negro García López, Números rojos. Para mi estuvo muy bueno porque estuve tanto de asistente como de ingeniero junto a Mario Altamirano (otra eminencia de quien aprendí un montón) y Nicolás Kalwill. En ese disco vino a grabar Charly García, tengo un recuerdo muy lindo, no pudo haber sido mejor mi debut en Panda.

Estudios Panda

 

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