¿Cómo fuiste desarrollando tu carrera desde Cuba?
Mi recorrido ha sido bastante largo desde el momento en que formé parte de varias agrupaciones y donde mis necesidades musicales fueron creciendo. Pero creo que la mayor parte de mi visibilidad, tanto dentro como fuera de Cuba, tiene mucho que ver con la llegada a mi vida del sello discográfico inglés Tumi Music, con el que tengo editado los tres discos, un DVD en vivo en Ronnie Scott’s (famoso lugar de conciertos de Londres) y con el que trabajo hace más de diez años. Hasta el año 1999 mi presencia en la escena musical de la isla fue poco visible pues estuve experimentando todo lo que mi cuerpo inquieto buscaba. Después de haberme graduado en el año 1993, pasé a formar parte una agrupación femenina, con la cual me estrené en el mundo del cabaret y la nocturnidad habanera. Al mismo tiempo intercalaba con bandas de rock, cantautores y, en la última etapa, estuve inmersa en la magia del teatro, donde aprendí de otros lenguajes. Luego de haber comenzado el trabajo con Tumi, el primer contacto con el mundo del show business fue en WOMEX, la feria itinerante de World Music que en el 2001 se realizó en Essen, Alemania, y donde estuve nominada en la categoría de las Américas con Lila Downs y Susana Baca con quienes al año siguiente realicé una gira inolvidable por once ciudades de Inglaterra. Eso repercutió, por supuesto, en el desarrollo de mi carrera internacional y en Cuba. Desde hace algunos años ha estado creciendo la repercusión de los artistas cubanos fuera de la isla, pero todavía es insuficiente por la propia falta de recursos que hace que demoren más tiempo en conocerse lo que está sucediendo en estos momentos con las nuevas propuestas artísticas.
Tocás varios instrumentos: guitarra, bajo, piano, tres cubano, etc. ¿Cuál de todos ellos utilizás para componer?
La guitarra ha sido el instrumento que más tiempo lleva conmigo y por eso la mayor parte de mis canciones “las hemos hecho juntas”. Recuerdo, como si fuera hoy, el día que por primera vez entré al conservatorio. Le reproché a mi mamá que no me hubiera llevado antes, pues vi a niños de menor edad que yo que estudiaban piano, violín y cello. Esos instrumentos parecían hechos para mí, tanto es así que varios de ellos a lo largo de mi vida me han ido acompañando y he podido usarlos como herramientas para expresarme según mi necesidad de cada momento. En el conservatorio siempre pasaba por el almacén a pedir violines, flautas y cuanta cosa se me ocurría para llevarme a mi casa. Lo que me preocupa es que todos ellos demandan mucho tiempo de estudio y el día sólo dura 24 horas. La ventaja es poder tenerlos a mano cuando llegue la musa.
Usás un bajo fretless, ¿qué bajo es?
Uno de las sonoridades que más me gusta es la del bajo fretless y creo que tiene que ver con mi fascinación por los instrumentos de la familia de cuerdas frotadas, como el violín, el cello y el contrabajo. Siempre me llamó la atención el tema de la afinación en ese instrumento, pues al no tener trastes se hace mucho más difícil lograr dar una nota con exactitud al mismo tiempo que provoca un sonido más cálido y armónico. El bajo que tengo es un Cort. Me acuerdo que el día que lo compré estaba buscando una guitarra de cuerdas de nylon y pasando por los pasillos de la tienda vi que estaba colgado un bajo sin trastes hecho de una madera rojiza muy bella. Cuando lo agarré no pude evitar enamorarme de él y quien se fue a casa conmigo fue ese Cort que en estos momentos está siendo reparado después de 10 años de guerrilla a mi lado.
¿Qué cosas conocés de las músicas argentinas?
Una parte de mi tradición musical está conformada por música argentina, sobre todo de la época de la canción protesta, donde unido al sentimiento latinoamericanista existía un flujo constante de artistas como Mercedes Sosa, León Gieco, Baglietto, Fito Páez. El moviendo roquero argentino creó escuela, con figuras como Spinetta y Charly García con sus extensos repertorios. Mi conexión con la música argentina viene desde hace algún tiempo. Hoy estoy aquí en Argentina rescatando lo que siempre sentí como mío y el encontrarme con el folklore argentino y el Cuchi Leguizamón, el maestro Juan Falú y las nuevas generaciones como Ernesto Snajer, Liliana Herrero, Juan Quintero, Verónica Condomí, Mariana Baraj, Raly Barrionuevo, Tonolec, Facundo Guevara, Mariano Cantero, Marcos Archetti, Mariel Barreña y Mario Gusso, que en su mayoría, he tenido el inmenso honor de haber compartido escenario mas de una vez.
