Pasar al contenido principal

Main Area

Main

Monitores de campo cercano HSR 2.50

Image

Continuando con la tendencia actual de armar nuestro Home Studio, reparamos en un elemento importantísimo dentro de los componentes del mismo: los monitores de campo cercano de repuesta plana.

Un par de monitores planos nos “ayuda” en la composición de las canciones. ¿Cómo es eso? Muy simple: al escuchar fielmente nuestros temas podemos discernir y evaluar con precisión las modificaciones necesarias que tengamos que hacer en cuanto a la ecualización de cada sonido e instrumento para manejar los planos y que la canción vaya tomando el color y la forma adecuada.

La representación fiel de nuestros instrumentos, planos y matices en una canción nos hace imaginar la reacción del público cuando la escuchen en diversas circunstancias, es decir, cómo sonaría en una radio portátil, en la televisión, en la reproducción en mp3 en un celular o cualquier otro soporte o medio que la gente elija.

Hace algunos años el CD, el casete y los vinilos eran la única manera de escuchar música, pero ahora con el vertiginoso intercambio de información es importante que a la hora de finalizar nuestra obra tengamos en cuenta que lo que hicimos en nuestro estudio va a ser lo que el público consuma y el sonido final debe cumplir un cierto estándar sonoro.

Para esto un componente importante es un buen par de monitores planos, para que en el momento de grabación, mezcla, mastering, sepamos que lo que estamos escuchando es lo que el público va a escuchar. Si bien no todo el mundo posee monitores, lo principal es lograr un estándar que haga que las canciones puedan rendir en términos sonoros en cualquier circunstancia y en cualquier formato.

Los monitores de campo cercano HSR 2.50 poseen algo único en su estilo, además de ser potenciados (podemos conectarlos directamente a placa de audio de la computadora) y contar con control de volumen individual, su rango dinámico hace que nos “arme” la media sonora de una mezcla para que después podamos disfrutar de nuestra canción en cualquier reproductor sin que ésta se vea alterada en cuanto a su balance y color.

Lo bueno de estos monitores es que sus parlantes, woofer de 6”, twiter de seda, se encuentran balanceados de tal manera que no tenemos que echar mano de algún plug-in para compensar la falta de uno o de otro, sabiendo que reproduce fielmente el resultado final de nuestra mezcla.

Otro aspecto a tener en cuenta es la potencia. Luego de algunas horas de trabajo el oído comienza a fatigarse de manera natural por el desgaste que estamos ejerciendo. Me llamó mucho la atención que “no duelen”, es decir podemos bajar el volumen o subirlo y no nos lastiman. Cuando escuchamos una mezcla a un volumen bajo es posible advertir todos los componentes de la canción, y cuando lo subimos a su máximo tenemos la misma sensación sin que los monitores se “ahoguen” o “distorsionen” la señal.

Otro aspecto más que interesante es la relación precio/calidad. Consultando en el mercado y comparándolo con monitores de características similares, me encuentro con una gran diferencia en el costo y su durabilidad. Personalmente he “rosqueado” estos monitores a su máximo volumen sin que se dañaran las membranas de los parlantes ni volara el twiter. A todos los músicos de rock nos gusta escuchar nuestras canciones no bien salidas del horno a un volumen descomunal (estamos criando una generación de sordos); sencillamente necesitamos esa “patada” para que sintamos la música de manera única y personal. Los HSR 2.50 soportaron los rigores de volumen altísimo y la fineza de un sonido prístino: la durabilidad, sonoridad y robustez requerida para una mezcla de una banda de metal se contraponía con la fidelidad y dinámica de una mezcla más pop. En ambos casos logramos que el resultado sea el que buscábamos, a pesar de la gran diferencia de estilo.

Dentro de nuestro Home Studio no pueden faltar, ya que sin duda representan en el mercado una alternativa muy interesante, profesional y redituable a la hora de trabajar con ellos.

2019 Recorplay Música. Todos los derechos reservados.