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Hernán Nupieri "El sonidista es como un músico más"

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Por Matías Martínez

¿Cómo describirías tu función específica?
Yo soy Técnico en Sistemas de Sonido. Comencé hace 20 años cargando cajas y equipos, cuando las cajas se cargaban de a una persona porque no tenían ni manijas ni ruedas, por lo cual llevo mis dolores reglamentarios. Se lo recomiendo a todos, no que se caguen la cintura, sino que sepan cuánto pesa un rack de potencia. Cuando empecé trabajaba en una empresa, Sonido Caian, que pertenecía al actual road-manager de Los Decadentes y hacía sonido en todos lados en Buenos Aires. De ahí pasé a operar bandas. Luego trabajé con Roberto Cadahia durante 7 años y después de trabajar con De La Guarda en México, hacia el 2001 comencé mis labores en Buenos Aires Live Show. Operé a cuanta banda pesada sonaba en aquella época, hasta que para el 98 hice monitores para A.N.I.M.A.L. y terminé reemplazando a un amigo, Jorge Burgos, y pasé a hacer PA haciendo más de 150 shows en un año girando por todos lados. Luego de la separación del grupo yo seguí junto a Carajo, pero en sí necesitaba hacer otra cosa y se dio la posibilidad de trabajar junto a De La Guarda, un espectáculo teatral pero sin escenario y butacas, un espectáculo 360 grados con gente de pie. Era el operador, encargado del audio, pero fui descubriendo que en este tipo de teatro el cableado y el microfoneado es todo, y terminé entrenando a cuatro operadores: un mexicano, un griego, un australiano y tres argentinos que fueron operadores de la obra en distintas compañías. Después surgió Fuerza Bruta que fue como una extensión de De La Guarda; allí tuve la suerte de conocer muchos países en el mundo, y hoy sigo siendo el consultor de Fuerza Bruta.

 

Por lo general la palabra “sonidista” engloba todas estas funciones que vos cumpliste en diferentes bandas o compañías.
Si, pero por eso te recuerdo, comencé tirando cables y cargando cajas como un plomo. Iba un operador y dos plomos para armar un sonido de 600 personas, ahí comencé a aprender la estructura de trabajo. Los plomos arman el escenario, tiran la manguera y de ahí para la consola se encarga el operador. Cuando comencé a laburar con Roberto [Cadahia] operé a todas las bandas de rock vernáculo, eventos religiosos, carnavales, discursos políticos, infinidad de shows en Cemento, shows al aire libre de bandas un poco más conocidas. Ahí comencé a tomar ideas de magnitud y finalmente en BALS comprendí el trabajo en equipo, “vos hacés esto, vos hacés aquello”, sino todos jugarían con la 10 y con la cinta de capitán. Entonces ése es el rol que generalmente cumplo en un estadio, yo soy sólo uno de un equipo de ocho en donde no puede faltar ninguno. Ninguno de estos roles es reemplazable por otro, el encargado del patch es tan importante como que yo deje muteado el equipo y no se escuche y lo mismo que el encargado de monitores, al menos es así la filosofía que tenemos como equipo de trabajo. Para que los cambios de escenario sucedan como deben suceder, que es a veces la tarjeta de presentación de los festivales, ya que en los últimos años todos están en horario porque hay que terminar antes de las 12 de la noche. Puede suceder que una banda me llame para que la opere, pero si yo no puedo estar por cualquier motivo, dos o tres de mis compañeros tienen que poder reemplazarme y con una mínima leída de la situación poder sacar el show adelante.

¿Cómo fue tu formación profesional?
Al mismo tiempo que comencé a laburar en Caian, buscaba información y leía mucho, cosa que no era fácil en aquel tiempo. Hoy por ejemplo existe, entre otras, la Universidad de 3 de Febrero, pero este es un laburo que lo podés estudiar pero si no lo volcás a la práctica constantemente no tiene sentido. No se aprende a salir del paso si sucede un imprevisto en un escenario del Quilmes Rock, ni vas a aprender cuánto pesa un rack de amplificación, pero sí vas a formatear tu rígido y a aprender cómo adquirir esa información y asimilarla. Yo hice hasta 5o año de Ingeniería Mecánica pero después pude asimilar la información aprendida, estructurar el pensamiento y eso volcarlo a la práctica. A partir de trabajar en una empresa grande, como en este caso es BALS, empecé a formarme un método de trabajo; trabajo en equipo, no hay otra forma, sobre todo a la hora de encarar un festival grande ya que hoy en un show de grandes dimensiones todos los que ofrecen un servicio tienen un lugar importante dentro del armado de un concierto. Servicio de energía (quien toma la electricidad), servicio de vallado, servicio de cubre campo, servicio de estructuras, etc.

Vos tuviste la experiencia de trabajar con bandas del exterior. ¿Encontrás que realmente existe una diferencia grande con respecto a lo técnico o al modo de trabajo?
Vivimos en Argentina y siempre estuvimos acostumbrados al “lo atamo’ con alambre”, lo cual está bueno también, porque a falta de recursos técnicos el ingenio te hace salir del paso sin disponer de la mejor tecnología. Pero también está bueno que un operador, si cuenta con todas las armas, pueda utilizarlas y explotarlas al máximo. En una empresa que cuenta con mucho equipamiento vos te das cuenta qué operador va a más y el que no se compromete. Por ejemplo: cualquier banda de garaje en Estados Unidos cuenta con un stage manager, que es el encargado de que todo lo acontecido arriba del escenario funcione bien, desde la tirada de la manguera de electricidad, el orden del escenario y, si es un festival, el cambio entre banda y banda. Acá se mejoró muchísimo a nivel estructural y de mercado. México, Argentina, Chile y últimamente Colombia, que ha crecido mucho, no guardan tanta distancia con respecto a los Estados Unidos a nivel organización de festivales porque se ha estandarizado mucho en lo que a tecnología se refiere.

¿Cuáles son las etapas de armado de un show o un festival de varias bandas? ¿Cuándo se puede decir que comienza el trabajo propiamente dicho?
Nosotros recibimos, vía la producción, la información de la banda, el rider. Llega a la compañía, la compañía se la pasa al encargado de trabajo, esta persona se la deriva a quienes van a cranear por dónde van a pasar todas esas señales. Luego a mi y al encargado de monitores nos avisan por dónde nos va a llegar todo eso, en un lenguaje claro. Esto es importantísimo ya que en base a esto sabemos el listado de material a llevar para atender este pedido. En cuanto al monitoreo la persona encargada resuelve con cuantos gabinetes y líneas va a poder atender a toda la grilla que toca en el festival, con el menor uso de material para demorar lo menos posible los cambios entre las bandas. Pero hay cosas que son de suma importancia: que cuando hay cambio de bandas los monitores vuelvan a acomodarse de acuerdo a los requerimientos de la banda que continúa y que las tarimas tengan los micrófonos correspondientes, los cuales tienen que haber sido patcheados bien, sino, yo en la consola termino recibiendo la voz líder por el canal del bombo, o todo se vuelve en un solo de acoples, y así la banda no sale. El equipo de trabajo no debe tener fisuras, y eso nos define como servicio, es el valor agregado. Por otro lado el trabajo realmente termina cuando se cierra el camión con todo cargado y sale camino al depósito, ese es el verdadero final del show para nosotros.

Imagen eliminada.

¿Recordás algún show que te haya marcado en tu profesión?
Un show que me marcó y me cambió la vida fue Metallica en el estadio de Vélez, la primera visita a la Argentina [mayo de 1993]. Ahí me dije: “yo algún día me quiero ganar la vida haciendo esto”, cosa que hoy por hoy puedo hacer y disfrutar.

¿Y de estos últimos años qué conciertos destacás, donde te haya tocado trabajar?
Los últimos años fueron muy vertiginosos así que se me mezclan algunos shows, pero si tengo que destacar un concierto te digo Nine Inch Nails el año pasado en el Pepsi Music, como show global. Cuando en un concierto te olvidás que hay un equipo de sonido, luces y video y alguien que las opera, y vos te entretenés y estás atento y lo disfrutás, es porque estuvo muy bueno. Yo considero que el año pasado el Pepsi tuvo muchos aciertos, con shows de primera calidad como Stone Temple Pilots, Nine Inch Nails y Dave Matthews Band. Pero particularmente me gustó más el de NIN, desde la humildad de su ingeniero de sala que terminó el show se calzó los guantes y se puso a juntar su manguera de canales después de haber mezclado un show increíble. En Buenos Aires sigue habiendo restricciones de presión sonora (con lo que estoy de acuerdo) y el tipo preguntó a qué volumen había que mantenerlo, entonces se dedicó a aplicar lo que se llama un compresor multibandas, metió la mezcla en los niveles admisibles y eso no evitaba que tuvieras a la banda delante de tu nariz. Otro show importante fue Radiohead. Y de los que me tocó formar parte, la gira con Soda Stereo fue uno de los ítems más importantes de mi carrera, a finales de 2007 me llamó Adrián Taverna, una persona que conozco hace 15 años y a la cual asistí infinidad de veces.

¿Cuáles son las elementos que tienen que encontrarse para que una banda suene bien?
El crecimiento del sonidista está en entender los factores que posibiliten que una banda suene bien. Primero está cómo toca la banda, después qué instrumentos usan, luego está el sonidista y después el equipo que reamplifica y su interacción con el lugar. La mezcla de todo esto, sumado a la acústica del recinto, es lo que le llega a la gente, entonces el sonidista puede interpretar al músico y puede mover muy bien las perillas, pero hay que saber hacia dónde apunta la banda y si uno está en sintonía con ellos. Si yo con mi mezcla quiero llevar la banda a un determinado lugar, pero puede suceder que a la banda no le guste sonar tan fuerte y al operador sí, ahí te encontrás en las antípodas, porque nosotros, los operadores, somos un elemento más de lo que llega a la gente.

¿Cómo te mantenés actualizado, podés darte el lujo de relajarte en materia de actualizaciones tecnológicas?
El que hace sistemas no puede estar desinformado, por lo menos hay que conocer los procedimientos, no tanto conocer el software específico de algo o una marca en especial. Lo que importa es saber para qué está y para qué sirve. La media de los técnicos de las grandes bandas de afuera que nos ha tocado atender, tienen un amplio conocimiento tanto de mezcla como de equipos, más allá de que el resultado sea, subjetivamente hablando, bueno o malo. Lo que nos falta en Argentina es un poco más de actualización. Pienso que las próximas generaciones de técnicos serán más completas, no digo mejores, aunque quizás los operadores hoy puedan perder algo de musicalidad. La figura del Técnico en Sistemas existe hace muchos años afuera, y llegamos a creer que era sólo el sonidista y no, el sonidista es como un músico más.

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