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Luis Gurevich: Todos los días un poco

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¿Cuándo y por qué surgió la idea de tu disco solista? Había una situación que siempre se repetía al encontrarme con músicos. Me decían: “me gusta lo que estás haciendo”, “me gustaría que alguna vez hagamos algo juntos“. A mi también me encantaba la idea, por supuesto, entonces empecé a pensar en crear un ámbito para que esto ocurriera. Rápidamente tuve respuestas favorables y lo siento como un reconocimiento. Fue una hermosa experiencia, nos encontramos varias veces para trabajar las canciones, con todo lo que eso implica: buscar las tonalidades, realizar el arreglo, grabarlas. Todos fueron muy generosos, el clima de trabajo fue muy lindo. Como está escrito en el disco: “cada canción es única como ellos lo son y lo desplegaron...“.

En el libro del CD no hay información sobre dónde y quiénes grabaron las canciones. ¿Cómo fue el proceso de estudios e ingenieros ante una grabación con tantos participantes? Este tema me pone un poco nervioso, toda esa data se “traspapeló camino a la imprenta”. Ya está reparado pero me puse muy mal. Los ingenieros con los que trabajé, son todos grossos y, además, amigos, ya que trabajo todo el tiempo produciendo discos y grabando. Cuando me llegó el primer disco y le saque el nylon y lo empecé a devorar con toda la emoción de ese momento y vi que la data de grabación no estaba me quise morir. Grabé mucho en mi casa. Me gusta mucho usar Logic y después pasar a Pro-tools. Fue como una reunión de amigos, todos tenemos distintas actividades y no hubo restricciones de tiempo sino “OK, cuando puedas nos juntamos”. Alejandro [Lerner] grabó su voz en El Pie. Algunas baterías y un piano fueron grabadas en el Estudio La Urbana con Gustavo y Federico López. Por supuesto que trabajé con Osqui [Amante, ingeniero residente en el estudio Del Arco, propiedad de León Gieco], además de grabar la orquesta y la voz de Juan Baglietto en el tema “Alas de tango”, Osqui se encargó de mezclar todo el disco y de ordenar todo lo que yo iba grabando en mi casa. La masterización la realizó Andrés Mayo, cada vez que nos encontrábamos le contaba que estaba grabando mi disco. El decía, “qué bueno, yo lo masterizo”. Y así fue, un verdadero lujo.

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El track 2 (“Mientras respiro”) tiene un hermoso solo de guitarra eléctrica de Kubero Díaz. ¿Algún comentario sobre esa grabación con Kubero? Conocí a Kubero por sus discos junto a La Pesada. En el año 82 formé parte de Piero con Prema y ahí empecé a escuchar de su talento, historias de gente que lo conocía mucho. De hecho, el bajista de Prema era Morcy Requena que había sido parte de La Cofradía de la Flor Solar con él. Piero reeditó un disco que para mi es hermoso que se llama Apóstoles (Cantilo, Durietz, Morcy, Kubero, etc.) [el disco al que se refiere es Miguel Cantilo y Jorge Durietz... y otros apóstoles, fue producido por Piero para su sello Buenas Ondas Discos en 1981] que durante muchos años fue realmente un mito para mi. Cuando Miguel Cantilo grabo el disco Clásicos [EMI, 2005] versioné para León “Catalina bahía”. Allí tuve la oportunidad de conocer a Kubero y compartir la grabación de ese tema. Al poco tiempo vino a formar parte de la banda de León. “Mientras respiro” tiene aire de blues, con la voz de Claudia Puyó... ¿quién otro para grabar ese solo? Por favor Kubero ¿querés venir a grabar? “Mientras respiro” fue compuesta especialmente para el álbum. La empezamos a trabajar con Claudia en una tonalidad diferente a como ella la venía trabajando. Me encantó el carácter que ella le fue dando, cómo quedaron los coros. La letra se hizo en casa y me gusta mucho que fue el debut de Osqui como chelista.

¿Cómo fue el proceso de selección del repertorio y de los artistas invitados? La verdad es que se fue armando, fui pensando en cada música para cada artista, sin repertorio previo. En algunos casos a partir de una letra que me dieron, como Miguel Cantilo o Víctor Heredia, y en otros casos a partir de la música se escribió la letra. El proceso me llevó cuatro años.

¿En qué circunstancias comenzaste a ser parte de la órbita creativa de León Gieco? Empecé a trabajar con León en el año 88. Ensayábamos en la casa de Aníbal Forcada que tenía una portastudio, nos juntábamos algunos miembros de la banda y nos mostrábamos canciones y demiábamos. En una gira por Ecuador estábamos probando sonido, ya habían bajado todos al camarín y yo me quedé un rato más tocando alguna música mía. León se acercó y se interesó por lo que estaba tocando. Le contesté que era una música que estaba haciendo y me pidió que cuando regresáramos se la grabara en un casete. La grabé y se la dejé. Pasó un tiempo y en una clínica que dimos en el Sindicato de Músicos, León dijo: “les voy a contar cómo se hace una canción”. Entonces me dice, “¿te acordás de esa melodía que me diste? Tócala”. La toqué y a continuación leyó una letra y luego cantó esa letra sobre mi melodía. Así fue como conocí “Todos los días un poco”, la primer canción que hicimos juntos. Luego de ese episodio León me pidió que le mostrara todas las músicas en las que estaba trabajando y así comenzó una época muy linda y creativa donde realizamos las canciones del disco Mensajes del alma: “Gira y gira”, “Río y mar”, “Todos los días un poco”, “Mensajes del alma”, “Maestras de Jujuy”, “Cinco siglos igual” y algunas melodías, “Sin querer”, por ejemplo, que luego grabamos en Bandidos rurales o “Como un tren” que fue la única canción inédita del disco Desenchufado.

León ha declarado que ya no escribe nuevas músicas porque de alguna forma delegó en vos esa tarea. ¿Cómo es la dinámica para componer nuevo material con León? No sé si es tan así, no siento que delegue en mí esa tarea. En estos tiempos León ha creado muchas y hermosas músicas. Sí creo, y me lo ha dicho, que mis melodías lo inspiran para expresar lo que dicen sus letras. Para mi es un gran orgullo estar cerca de León y compartir esta maravillosa tarea de hacer canciones y trabajar con él en la producción de sus discos. Pasamos mucho tiempo juntos, trabajando, y nos conocemos bien. Hablamos mucho, hemos compuesto muchas canciones y de todas las formas. A veces está primero la música y después la letra; a veces al revés; a veces viene todo junto tocando la guitarra. Cuando trabajamos en el proceso de la creación es “de igual a igual”, como dice el titulo de la canción que, justamente, hicimos juntos.

¿Cómo es la dinámica de trabajo en el estudio cuando el artista titular es León Gieco? Se podría decir que grabamos muchas veces una canción. Primero para darle forma, después demiándola, después la grabación en sí de la canción, y después armando las secuencias, si es necesario, para poder tocarla en vivo.

¿Cuál es la experiencia artística más importante que viviste junto a Gieco? Muchas, son veinte años de trabajo. Hay muchas experiencias inolvidables. Grabar en Estados Unidos, estar nominados en los Gramys Latinos con Bandidos rurales y que una canción mía este nominada como Mejor Canción de Rock, como fue el caso de “Ídolo de los quemados”. Y todos los escenarios en tantos países del mundo por donde anduvimos son algunas de las más hermosas experiencias.

¿Cuál es el disco que más te gusta de todos los que hiciste junto a Gieco? Todos me gustan mucho. Creo que un disco, para quien lo realiza, es como un álbum de fotos: es inevitable acordarte de cómo se fue haciendo mientras lo volvés a escuchar.

La versión instrumental y algo jazzeada (y con el Mono Izaurralde) de “Cinco siglos igual” tiene tanto impacto como la versión cantada. ¿Por qué pensás que pasa eso, teniendo en cuenta el peso de la letra en el concepto del tema? Creo que es una canción con Alma. La música y la letra hablan por si solas. Me gusta mucho la versión instrumental con el Mono, siempre que nos juntamos salen cosas muy lindas, nos conocemos bien y tocamos juntos muchas veces. También creo que esta versión está impregnada de toda la época que compartimos en MPA [Músicos Populares Argentinos, agrupación integrada por, entre otros, Chango Farías Gómez, Peteco Carabajal, Verónica Condomí, Izaurralde y Gurevich]. En el caso de “Cinco siglos...”, como en todas las canciones de Mensajes del alma, primero apareció la música y luego la letra. No recuerdo exactamente el momento en que apareció esa música, estábamos trabajando para el disco, cada melodía fue un momento muy lindo y creativo... cada letra, cada estética de canción era algo nuevo que estaba sucediendo. No sé si es mi melodía más inspirada. Es lo que me salió ese día y estuvo tan bueno que ojalá me vuelva a ocurrir.

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