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Pedro "Piro" Rosafa: Disfrutamos tocando

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¿Cómo se produjo la llegada de Karamelo Santo a Buenos Aires?
Ocurrió después de haber dado muchas vueltas por el circuito cuyano, un circuito que cada tanto se desmorona y cada tanto vuelve. En eso fuimos pioneros en Mendoza, cada tanto se generaba una corriente donde armábamos fechas en varios bares y auditorios. Desde el nacimiento de la banda, en el año 93. Nos movimos así durante 4 años, hasta que en un momento nos asfixiamos artísticamente. Así, apostamos a lo que para nosotros fue nuestro modo de vida, una elección. Y algo que trajimos con nosotros a Buenos Aires, en nuestras maletas, fue “La kulebra”, el primer demo del año 93.

Para las bandas de Buenos Aires es difícil tocar y mucho más traspasar las fronteras del país. ¿Por qué pensás que Karamelo pudo conseguir todo esto?
Pasamos muchos tiempos duros, sin un mango... Otras veces, hubo una cuota de suerte tal vez, haber estado en el momento justo en el lugar indicado. Y por otro lado está la tenacidad, que nunca nos faltó. A pesar de haber pasado por momentos difíciles, le dimos para adelante con nuestro proyecto y en ese camino recibimos la mano de algunos amigos, como en el caso de Manu Chao.

El primer demo de KS fue grabado en casete y los discos posteriores ya fueron hechos de manera digital. ¿Cómo fue la evolución en el aprendizaje de la grabación?
Goy [Guillermo Ogalde, cantante y guitarrista] está casi recibido de ingeniero en electrónica y siempre le gustó todo lo referido a la tecnología en general. Ya tenía bastante claro el tema de la grabación. Él fue el productor de los primeros discos y siempre tuvo claro el perilleo y el uso de las consolas. Comenzó con una DAT, luego pegó una máquina y los primeros programas, Nuendo, QBase y finalmente llegó Pro-Tools, y aquí estamos.

¿Cómo trasladan el sonido de KS, siendo tantos músicos, a un show en vivo?
En vivo la banda tiene un plus, un rock que por ahí en los discos no se puede plasmar. La entrega, la actitud y la energía pueden suplir muchos detalles técnicos y sonoros que sí pueden quedar registrados en un disco de estudio. Por ahí todo ese despliegue escénico hace que no sea necesario escuchar los mínimos detalles que podemos registrar en el disco y así escuchar una cumbia super rockeada en vivo y ver el despliegue de la banda sobre un escenario.

Han tocado en muchos festivales europeos. A nivel estructura o armados de escenario y sonido, ¿con qué cosas se encontraron que no habían visto en la Argentina?
Al haber tanta información, hoy en día las productoras que apuestan a los festivales masivos en el país ya saben cómo se montan ese tipo de shows tan grandes. El sonido está muy bueno, los escenarios son súper cómodos, todo digital, bien el monitoreo, pero lo que realmente resalto son las comodidades para el público. Accesos, tiendas y los servicios, los baños por ejemplo. Y algo que también veíamos, que ahora no sucede tanto, que antes el trato, en los festivales aquí, era piramidal, proporcional a quien cerraba el concierto... el que abría casi ni comía. Allá estamos todos en la misma carpa, comiendo y siendo atendidos todos por igual, del mismo modo. En la cola del buffet está el cantante de Metallica, la cantante de The Cardigans, yo y atrás mío Jovanotti o los Chemical Brothers, todos esperando para comer. Hay muchos festivales donde tocar, muchos lugares más para conocer y, principalmente, no aburrirnos tocando. Si todo terminara siendo un trabajo muy de oficina, el fuego se apagaría, pero disfrutamos tocando.

El disco Antena Pachamama (2007) tuvo un proceso de grabación disperso, por decirlo de algún modo. ¿Cómo fue exactamente?
Se realizó en tres etapas. Primero fue recopilar material que teníamos entre todos, escuchar e ir eligiendo. La segunda parte fue en Europa, porque estuvimos de gira, llevamos una laptop, comenzamos a pre-producir y armamos un mini-estudio en el bus de la gira. Así fue como invitamos a algunos amigos a grabar como Fermín Muguruza por ejemplo. Finalmente, ya en Buenos Aires, las bases las grabamos con Alvaro Villagra en el Monsterland y los overdubs fueron grabados en El Cangrejo, el estudio de Karamelo Santo.

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