Por Fabián Sañudo
Fotos: Gentileza Calle Angosta
¿Qué tan critico sos, por ejemplo, en estos casi 30 años de carrera con el Estudio Coral de Buenos Aires?
Mucho. Siempre pienso que podría hacer las cosas mejor de lo que las hago. A veces repongo una obra que hace años que no dirijo sólo por la idea de lograr hacerla mejor que la vez anterior, como si tuviera una deuda con ellas. Al mismo tiempo creo que el Estudio ha sido, aparte de su mero rol artístico, un buen modelo y un buen estímulo para mis colegas más jóvenes. Cuando el Estudio Coral empezó no existía -verdaderamente- algo parecido en Argentina; no era imaginable. Hoy hay varios buenos coros en el país que han recibido inspiración del Estudio Coral. Hace unos años (el crítico) Federico Monjeau dijo en Clarín que “el Estudio redefinió la práctica coral en el país, en términos de nivel interpretativo y de repertorios”. Me encantó que alguien como él dijera eso.
¿Cuáles son los antecedentes de actuaciones en conjunto entre en el Estudio Coral y la Camerata y cómo fue el proceso de preparar un repertorio en conjunto (es decir, para coro y cuerdas) que, según decís, demandó casi tres años?
En diciembre de 2007 hicimos un primer concierto conjunto. Fue una idea y -esto es muy importante- una producción del Collegium Musicum. Pero en esa ocasión la mayor parte del concierto estuvo integrada por obras que interpretaba alternadamente cada grupo. Obras en conjunto hubo sólo dos o tres, hacia el final del programa. Aquel concierto nos dio tanto placer que desde ese momento quedaron las ganas de repetir la experiencia algún día, pero mejorándola: el programa debería estar integrado mayoritariamente por obras interpretadas en conjunto por ambas agrupaciones. Un programa de este tipo requería de varias obras que no están en el repertorio habitual de las dos agrupaciones: ni el Estudio hace normalmente concierto con orquesta de cuerdas ni la Camerata hace conciertos con coros. Así que había que diseñar un programa adecuado y encontrar un momento en el cual ambas agrupaciones dispusieran del tiempo como para preparar estas obras excepcionales para su repertorio. Esta es una razón importante: cualquier agrupación como las nuestras prepara obras que luego pasan a formar parte de su repertorio, por lo menos por un tiempo. Digamos que se “invierte” tiempo de ensayo y preparación para producir una interpretación buena o muy buena de esas obras y -lógicamente- estas obras perduran e integran los programas venideros. Esto, en el caso del Estudio Coral en particular (los tiempos de ensayo corales son más largos que los orquestales) puede verse como una ecuación de rendimiento: es poco rendidor preparar con mucha calidad obras que van a ser cantadas sólo una vez (como ocurrió, en este caso, con las obras de Mendelssohn y Holst). Estas son, junto a la búsqueda y determinación del programa, las razones que más dificultaron la concreción del segundo encuentro de Camerata y Estudio Coral.
¿Cómo fue en concreto la elección del repertorio? Predominan Bach y Mendelssohn, pero también están las inclusiones, como ya mencionaste, de Messiaen y Holst.
Desde el principio acordamos que cada agrupación haría una obra sin la otra. La intención fue doble: darle una mínima variedad tímbrica al programa y que hubiera un momento en el que cada agrupación se luciera en solitario mientras la otra descansaba. Sobre la misma idea de la variedad me pareció muy apropiado el Messiaen: tiene un sonido, un registro, un tono bien diferente de todo lo demás. Y no sentí que se despegara. Al contrario, me encantó la manera fervorosa y agradecida con que el público lo recibió. Los Holst (Gustav, compositor británico nacido en el siglo XIX) fueron, para mí, un hallazgo. Se me cruzaron rebuscando desesperadamente obras no con otra condición que nos habíamos impuesto en razón del ámbito: que fueran obras sacras (con una razonable excepción para el Brandemburgués de la Camerata, pero nadie puede sospechar de la sacralidad de Bach). El bis con Mozart es un bellísimo “clásico” para coro y cuerdas. Muy hecho, muy gastado, a veces casi maltratado. Y por eso conviene hacerlo bien de tanto en tanto. Tan clásico es que, hasta se puede ver en la imagen, es la única obra que la mayor parte del coro canta de memoria.
¿Qué actitud tomaste en referencia al microfoneo, teniendo en cuenta además que el concierto sería filmado?
Admiro y confío en las tres personas que se encargaron de la toma de audio, Diego (Smolovich), Gustavo (Segal) y Lito (Vitale). La aventura de grabar algo como esto -música clásica en vivo y en multitrack- no es cosa de todos los días. Y si bien yo tengo mis propias ideas, esta vez no me habría atrevido a opinar. No hay muchas certezas que permitan prever el correcto emplazamiento de los micrófonos en algo así. Si bien grabaron el ensayo general, éste no pudo hacerse en la Catedral, con lo cual la experiencia fue bien insuficiente. Apenas tuvimos un rato en el lugar, previo al concierto, para una prueba de posición y correcciones mínimas. Pero es importante entender, además, que ninguna prueba de sonido es real cuando se hace con la sala vacía. El sonido de recintos como éste es tremendamente diferente vacío o lleno de gente. Así que la hora de la verdad empezó con el concierto mismo.
¿Qué sensación te dejó observar la obra, editada y empaquetada para -seamos optimistas- el consumo masivo?
Tengo que ser coherente, por lo menos dentro de esta misma entrevista. Así que digo lo del principio: siempre pienso que podría hacer las cosas mejor de lo que las hago. Lo musical del DVD me gusta, en serio. Pero en estos tiempos, con el refinamiento y la perfección que tienen las grabaciones comerciales de música clásica -realizadas con decenas de tomas y centenares de edicioneses difícil aceptar mostrarse así. La analogía que se me ocurre es la diferencia entre ver a una bella modelo por la calle y admirarla en un póster gigante: una imagen elegida entre muchísimas y que ha pasado intensamente por el Photoshop. Seguramente las dos serán cosas bellas, pero cada cual en su contexto. Visualmente Catedral me parece un producto fenomenal. La aproximación es muy novedosa, por lo menos si se la compara con los videos de conciertos “clásicos” actuales. Tiene esas cámaras voladoras y una edición muy ágil, a veces cercana al video clip. Ambas cosas le aportan un ritmo bastante más agitado que el que uno normalmente ve. Además la imagen descubre permanentemente cosas “inconvenientes” desde la perspectiva convencional: gestos de complicidad entre los intérpretes, indicaciones “secretas”, sonrisas... todo tiene algo de backstage que le agrega verdaderamente información respecto del sonido. Es en cierta medida una crónica del concierto. Para el concierto está el CD.
El Audio
Por Gustavo Segal
La planta de piso fue una puesta clásica para un concierto de estas características, con la Camerata en sillas y el coro de pie, formando un semicírculo por detrás. Para el coro usamos dos micrófonos DPA 4011 cardioides y cuatro 4012 que tienen la misma cápsula que los 4011, pero con un preamplificador con una fuente de 130 volts. Los colocamos a unos 2,50 metros de altura, detrás de la Camerata, en un semicírculo por delante de los cantantes.
La Camerata se grabó usando dos Neumann U47 para los primeros violines, las violas y los cellos; dos Neumann KM84i para los segundos violines y las violas; un AKG C460B para el clavicordio y el contrabajo (dependiendo de la obra); un Neumann KM184 para un cello que tenía un protagonismo importante en una de las obras; dos Neumann U87 tomando el ambiente a 7 metros de distancia; y finalmente dos Shure SM81 tomando el ambiente a 14 metros de distancia. Además se grabaron dos líneas del órgano que usa el Estudio Coral, es un módulo MIDI europeo que emula los sonidos de un órgano de iglesia; para eso se usaron cajas directas.
Los Neumann U87 fueron a través de un preamplificador SSL G383. El resto de los micrófonos y las cajas directas fueron a una consola Yamaha LS9-32 de la que se usaron exclusivamente los preamplificadores y los conversores A/D, sin ningún tipo de procesamiento. El concierto se grabó en dos sistemas Pro Tools LE corriendo en paralelo, uno de ellos como backup. Todo el sistema estaba sincronizado con el video a través de un generador de word clock basado en video. De ahí salía el word clock para la LS-9, que a su vez lo distribuía a los Pro Tools. De esta manera garantizamos que no hubiera ningún corrimiento del audio con respecto a la imagen.
El ensayo se grabó casi de la misma manera, el coro tenía cuatro en vez de seis micrófonos, y las posiciones no eran exactamente las mismas, pero básicamente fue igual. Al ser el ensayo en un lugar con una acústica completamente distinta al concierto, lo que más cambió el día de la grabación fue la posición de los cuatro micrófonos de ambiente. Al no poder ensayar nada en la Catedral, era fundamental tener opciones en cuanto al ambiente, es por eso que decidimos poner micrófonos cubriendo distintas distancias.
El video
Juan Belvis y Manuel Díaz Carrasco estuvieron a cargo de las imágenes que se transformaron en el DVD de Catedral. Para filmar el concierto utilizaron cinco cámaras Sony Z1 (HDV), dos en grúa, dos en trípode y una en mano. Es especialmente interesante ver la sección Extras donde López Puccio se explaya sobre el concepto del concierto e historias de los compositores y las obras escogidas combinado con escenas del ensayo en la sala Villa Villa del Centro Cultural Recoleta.
Más Calle Angosta
Los futuros lanzamientos del sello dirigido por Vitale en las palabras del propio Lito:
“Tenemos la idea de hacer un CD + DVD de La Grande el nuevo proyecto de Santiago Vázquez con Emme y Juana Molina como invitadas. Un CD + DVD de La Selección Argentina del Tango con Leopoldo Federico al mando. Una colección de DVDs de mi proyecto de siempre, Ese amigo del alma, tematizados, con la participación de diversos artistas. Un CD homenaje a Hilario Cuadros, compositor fundamental del folclore puntano con artistas populares. Un CD de Baglietto cantando boleros argentinos. También estamos escuchando demos de grupos y solistas de San Luis para realizar una producción con diez de ellos y realmente mil ideas más”.
