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Javier Vargas: Marshalls, Gabis, Amador e hicimos el disco

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Entiendo que tu primera guitarra fue comprada y fabricada en Argentina. ¿Recordás las marca y otros detalles? Mi primera guitarra me la compró mi padre, era una guitarra inspirada en las 335 de Gibson, marca Faim. Si mal no recuerdo la compramos en una tienda que estaba en la calle Alberdi de Mar del Plata o en una paralela. Ahí también vendían discos y tenían cabinas para escucharlos. En esas cabinas descubrí a Led Zeppelin.

Viviste en Argentina hasta casi tus 15 años. ¿Pensás que fueron años determinantes en el proceso de absorber influencias? ¿En qué medida te marcó la música argentina? Empecé a tocar con 10 años, vivía en Mendoza, allí escuché a Hendrix por primera vez, que es mi influencia número uno. En el año 67 marchamos con mi familia a Mar del Plata y en el camino estuvimos 3 días en Buenos Aires en un hotel en la Avenida de Mayo. En la ventana de una casa de enfrente había dos hippies en un balcón y se oía una guitarra súper blusera que me voló la cabeza. Mi hermana, que me lleva un año, me convenció de ir tocar la puerta para que nos dejaran escuchar. Lo hicimos, era una casa muy antigua con un patio interior, podía ser un tercer piso, nos abrió una mujer con el pelo teñido de un extraño color, era la madre del guitarrista, le preguntamos si nos dejaba entrar y ella le preguntó a su hijo. Entramos, quedé hipnotizado, nunca había visto a nadie tocar de esa manera, empecé a mirar a mi alrededor y descubrí a un personaje muy flaco vestido con unas mallas azules como de baile, era muy hippie y le llamaban Tango. Cuatro años después volvimos a Buenos Aires para irnos a Chile. Paramos en el mismo hotel y otra vez cruzamos la calle para saber del guitarrista. Otra vez nos atendió la madre y el hijo estaba en su habitación, nos contó que había vendido la viola, una Vox muy buena, y estaba tocando con una guitarra española. Yo tenia conmigo mi adorada Faim y la madre me decía: “Javi regale tu viola a mi hijo que tuvo que vender la suya”. Yo por supuesto no quería saber nada. El tiempo me llevó por Caracas, Nashville, Los Angeles, Londres, Paris y Madrid. No tuve ocasión de conocer La Cueva, pero en esos años a través de la revista Pelo me informaba del rock argentino y de sus fantásticas bandas adelantadas a su tiempo. En el 97, en una tienda de música de Madrid, en un buen momento de mi carrera, se me acercó un tipo con bigote que nada tenía que ver con aquel guitarrista de Avenida de Mayo de los ’60 pero que efectivamente era la misma persona, lo reconocí inmediatamente. Me pidió un autógrafo para su hijo y mientras lo firmaba le conté esta misma historia y no se la pudo creer, casi se pone a llorar. Ese día también me confirmó que era Tanguito el invitado a esa zapada de un solo hombre.

En 1998 fuiste invitado a tocar con Prince en Madrid, un privilegio que tuvieron pocos músicos. ¿Cómo fue la conexión? La conexión vino a través de [el legendario ex bajista de Sly & The Family Stone] Larry Graham a quien conocí por Carlos Santana en un concierto que dimos en Paris. Luego Larry se vino a grabar conmigo y Chester Thompson para mi disco Gipsy Boogie en Memphis. Surgió una gran amistad y en el año 1999 paró en Madrid con la gira de Prince Jam of the Year. Me llamó para ir a verlo al hotel y ahí estaba Prince, me lo presentó y grande fue mi sorpresa cuando vi que entre sus CDs tenía una copia de Gipsy Boggie. Me fui con ellos a la prueba de sonido en el Palacio de Deportes de Madrid y allí me propuso subir a tocar. Me dejó una 335 y estuvimos zapando. En el show toqué 5 temas, incluyendo un medlley de Santana, Cream, etc.

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¿En qué circunstancias nació la idea de la realización de tu flamante Comes Alive With Friends!? Es una continuación de la gira de Flamenco Blues Experience. Volvíamos de hacer unos shows por Europa y al llegar a España, en la ciudad de Vigo, juntamos unos colaboradores de la banda de Devon Allman, Raimundo Amador, Jorge Salan de Mago de Oz, mi viejo amigo Claudio Gabis, unos cuantos Marshalls, unas cervezas, unos cuantos seguidores de la banda y con la ayuda de un técnico de San Francisco nos grabamos el show e hicimos el disco. Es mi álbum más crudo, no se retocó nada, se dejaron los ruidos y el efecto es un sonido muy garaje, muy de club.

No parece ser el mejor momento para publicar un CD y un DVD como lo es Come Alive With Friends! ¿Tenés alguna opinión formada con respecto al momento que vive la industria discográfica y a su futuro? Hago música por necesidad vital y muchas veces soy el productor de mis trabajos. La música siempre estará, lo que está cambiando es la forma de venderla, la industria. Con la aparición del CD se volvió a vender todo un catálogo de nuevo, todos creían que ese nuevo formato era la revolución sonora y el tiempo ha demostrado que el sonido de un vinilo es superior. Con el CD y la era digital sacaron muchos dividendos y ahora estamos viviendo la otra cara de la moneda: la banda ancha permite hacer descargas ilegales de cualquier artista en cualquier parte del planeta, con esto la industria ha entrado en crisis. Esto propició una competencia feroz y sólo quedarán los que aman la música por encima del negocio.

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Uno de los invitados en tu último álbum es Claudio Gabis. ¿Cuál es tu sentimiento frente a la obra de Gabis, en la etapa con Manal y en sus discos como titular acompañado por La Pesada? Claudio en esos tiempos fue una máquina de blues y Manal una de las bandas que hizo un blues en castellano con una poesía urbana magnífica. Buenos Aires era como “Avellaneda blues” o “Blues de la amenaza nocturna”... A La Pesada también la escuchaba mucho, había también dos grandes violeros, Kubero Díaz y Poli Martínez, sin olvidar a Pappo y David Lebón.

En el 2003 grabaste un álbum basado en un repertorio clásico de rock argentino. ¿Se trató de un trabajo tu memoria emotiva con respecto al género? Fue un ejercicio del recuerdo de toda una época que me marcó para siempre. Desgraciadamente lo negocié con una disquera de Barcelona que lo tiene descatalogado, pero creo que todavía en Argentina se puede conseguir. En unos años, cuando vuelva a mi poder, lo reeditaré con varios bonus-tracks.

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