¿Tus comienzos con la música están directamente relacionados con la guitarra?
Sí, a los 14 años, y directamente con la guitarra eléctrica, me gustó ese sonido de volumen alto y distorsión. Flasheaba mucho viendo las tapas de los discos de Iron Maiden y Kiss y obviamente su sonido pesado. Cuando me compré Who made who (AC/DC, 1986) entré definitivamente en este mundo y en ese momento con un amigo del barrio que tenía su batería empecé a tocar. Arranqué estudiando en una academia malísima, el profesor que tenía me tiraba abajo toda la música que escuchaba y me decía que escuchara jazz. Así me formé, principalmente de manera autodidacta y por mini temporadas tenía pantallazos de profes, uno de ellos fue Miguel Oropeza, guitarrista de Kamikaze.
Y en paralelo desarrollar un conocimiento del equipamiento, algo indivisible en este estilo.
Claro, pero insisto con la experiencia personal y la intimidad lograda con el instrumento y tu equipo. Por ahí el pedal que a mi me fascina, a vos no te gusta. En tiempos en donde no había internet todo era prueba y error, probar y equivocarte hasta acertar e ir descubriendo tu propio sonido. A mi me gustan todas las guitarras, pero si me das a elegir, elijo Gibson porque me gusta ese sonido; Hendrix y Blackmore desarrollaron su sonido con Stratos; Brian Setzer usaba Grestch, Zakk Wylde usa Gibson con mics EMG; cada uno con su librito, cada uno hace su propia experiencia.
¿Hubo alguno de esos sonidos que te gustara más que otro y te pusiste a investigarlo?
A veces me ponía a chusmearlos, pero en ese sentido soy como más personal, veo lo que me gusta y elijo. La vez que tocamos con Metallica pudimos hablar con los asistentes y nos dejaron ver su equipamiento: Ampeg, Mesa Boogie Rectifier y otros de boutique, Diezel. Usan guitarras ESP y ahí también es donde está la personalidad de su sonido.
¿Qué cosas rescataste de esas experiencias teloneando a Metallica?
Hay una gran diferencia a nivel equipamiento y profesionalismo en lo que respecta al tratamiento del audio en sí comparándolo con conciertos o festivales que se puedan hacer acá. Pero no creo que haya diferencia entre Divididos o Spinetta y Metallica. Por ejemplo, los tipos están calentando, ensayando, una hora o media hora antes del concierto. Hace 30 años que tocan juntos y los tipos siguen ensayando y repasando la lista de temas antes de salir. En los camarines tenían armada una pequeña sala de ensayo con sus equipos así que cuando salen al escenario ya están prendidos fuego y lo que para nosotros era el primer tema, para ellos ya era el décimo. Cuentan con toda la parafernalia a su disposición, las mejores marcas de baterías, bajos y guitarras a su servicio pero lo admirable es la dedicación que le ponen y es ahí donde decís “chau, me volaron la cabeza”. Podés contar con el mejor equipamiento pero tocar mal y hacer un bochorno. Desde lo técnico todo está pensado en función del mejor sonido, desde las púas, las cuerdas, el cable que va al equipo, ese equipo con sus parlantes y ese parlante es tomado por un micrófono que va a una patchera que deriva en una consola que es de las mejores del mundo con un operador de PA que también es súper profesional, entonces cada eslabón cumple su función a la perfección. Todas estas son herramientas para sacar lo mejor del músico que en definitiva es el primer eslabón de esa cadena.
¿Vos con qué herramientas contás?
Actualmente estoy usando dos Gibson, una Les Paul y una SG. También usé mucho una Fernández de (Andrés) Giménez. Pero elijo siempre el sonido Gibson. La única modificación que les hice fue agregarles unos pickups Lace Hemi Humbucker, tanto a la Les Paul como a la SG. Las violas las conecto a un cabezal JCM 800 de 50W con cajas Roller o Marshall depende donde toquemos. Con respecto a los pedales uso un Booster para los solos, mi wah-wah, un delay Carl Martin Red Repeat y la distorsión del Rat. Al afinar como si fuera una guitarra de 7 cuerdas uso cuerdas calibre 0,13.
