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Mavi Díaz: Ser un cantante no es solamente cantar

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Creciste en una familia de artistas, ¿tenés recuerdos de las primeras veces que cantaste?
Recuerdo siempre haber cantado, al tener no sólo a papá y a mamá [Hugo y Victoria Díaz, armonicista y cantante, respectivamente] sino a también tíos y primos, cosa que por ahí no pasa en todas la familias. Mi viejo y mi tío [Domingo Cura] tocaron juntos desde los ocho años, ellos fueron un poco la génesis del folklore y la chacarera en Santiago. Fueron los comienzos por aquel entonces y eso me marcó, fue la raíz de todo, como si te dijera el delta del Mississippi para el blues.

¿Se puede trazar un paralelo entre el blues norteamericano y nuestro folklore?
Yo creo que sí, todas las músicas folklóricas están emparentadas y me pasó descubrirlo ahora, algo muy curioso, cuando homenajearon a mi papá en Santiago del Estero. Estuvieron tocando 9 o 10 armonicistas y ahí es donde encuentro el parentesco. La armónica es el instrumento del viajero, del itinerante, entonces tiene relación con las raíces de los lugares. Y acá tiene una base india, en lugar de una base negra, pero tiene el ritmo de 6 x 8. En todas las casas hay una armónica, por eso digo que tienen parentesco nuestro folklore y el blues.

¿Santiago del Estero sería a la chacarera lo que el delta del Mississippi es al blues?
Sería una manera de decirlo, por lo menos de la chacarera, ya que cada provincia tiene su folclore, sus ritmos, su instrumentación y sus danzas. La danza y la música son lenguajes que van de la mano y Santiago es la cuna, allá se baila y se siente la chacarera, como el flamenco para los gitanos, son cosas que vienen en los genes.

¿Qué sugerencia le podrías dar a alguien que recién comienza a descubrir su voz?
A cantar se aprende cantando, oyendo tu propia voz. Imitar es una manera de hacerlo, todos comenzamos imitando, hasta poder adquirir una personalidad y estilo propio. Yo imitaba a Ella Fitzgerald, a Aretha Franklin. Luego, cuidar la voz, que no es simplemente no fumar o no tomar frío. Es también entender que tu cuerpo es tu caja de resonancia, es donde nace la voz, que es tu instrumento. La voz es algo sumamente personal, muy íntimo, entonces cada uno canta de manera distinta y debe explotar cosas distintas en su persona.

Aparte de la influencia que tenías en tu casa, ¿cómo fue tu formación musical?
De chica me mandaron al conservatorio, pero heredé el oído de mis padres, por lo tanto no tenía dificultad para tocar cualquier instrumento, eso también hizo que no me viera en la necesidad de aprender música. Sin saber si era la séptima o la novena, pero sabía en que nota estaban tocando, eso me facilitó las cosas y después solo fue ponerle nombre y ordenar dentro mio esa información que ya tenía. Todo lo mio es empírico, no soy una buena aprendiz.

¿Qué te llevó a dejar la criolla y tomar la eléctrica?
Manal. La primera vez que yo escuché rock fue con Manal. Pero otra figura que me influyó mucho fue Sandro.

¿Cómo fueron tus primeros pasos en el pop?
De chica armaba mis bandas con compañeros del colegio, yo componía las canciones y las cantaba. Mi primera banda se llamó Globo, en los ‘80, con 17 años ya estaba tocando en bandas. Estaba en varias obras y en una de las banda tocaba con Andrés Calamaro, Cachorro López y Polo Corbella, esos eran mis “compañeritos” de banda. Por la noche organizábamos recitales, tocaban los Violadores, Púrpura y varios más.

¿Cuándo aparecieron las chicas?
Para el 82, después de la guerra de Malvinas, las chicas [María Gabriela Epumer y Claudia Sinesi] tenían un grupo que se llamaba Rouge con Andrea Alvarez y armamos el proyecto de las Viudas. En esa época había una movida cultural. Había una represión muy grande y la gente tuvo que explotar por algún lado, y la música fue un gran aliado para eso. El maestro Charly García, para mi, fue el primer civil en hacer política al cantar letras como “Los dinosaurios”, en ese momento nadie dudaba a quién iba dirigida.

Tenés una carrera como coach vocal. ¿Cuál es estrictamente la función del coach?
Trabajar a la par del cantante, pudiendo desarrollar lo mejor posible sus virtudes, tanto para el estudio como para las giras y los shows. No es lo mismo cantar en tu casa con tu tía que te puede enseñar a vocalizar, que salir de gira y tomar un micrófono.
Ma-me-mi-mo-mu dista mucho de la realidad de un cantante. La respiración, la postura, la dicción, se tienen que trabajar tanto como la interpretación. Si en el medio de la gira, el bajista se quebró una pierna, hay que llamar a otro, pero si Miguel Bosé o Alejandro Sanz no pueden cantar, estamos en problemas, se suspende el show. Ser un cantante no es solamente cantar.

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